Artículos del día 27 de enero de 2007

A propósito de un despropósito

Pájaro bobo intenta recordar que Horacio escribió más o menos: «Obra tan mal quien mata a alguien que quiere vivir como quien salva la vida a alguien que quiere morir». ¿Y si quien dice que quiere morir no lo quiere realmente y lo que hace es sólo una arriesgada y peligrosa añagaza? Ya sabemos que hay personas a las que, además de matar, les gusta jugar con pólvora. En cualquier caso, Pájaro bobo no desea la muerte ni siquiera a aquel que dice que quiere morir y lo quiere realmente.

Aré lo que pude

Margarita y Pájaro bobo tienen dos hijos, Ana y Miguel. Los dos han salido buenos estudiantes. Ana está cursando su segunda carrera. Vive y estudia en los Madriles. Con provecho. Ha aprendido a poner orden en sus ideas, en sus otras cosas y, en definitiva, en su vida. Ana piensa con orden y vive con orden. Miguel ha terminado con éxito Telecomunicaciones. Es capaz de pensar sin palabras. Resulta difícil seguirle, pues tiende al hermetismo [como él es del campo de la informática, tal vez habría que decir encriptación]. A veces, sus comentarios nos producen vértigo, y el vértigo nos produce angustia. Pero es un buen niño. En alemán, los hijos son siempre niños —Kinder— para sus padres. Ahora se va a Berlín para hacer el proyecto de fin de carrera. Pájaro bobo acostumbra a decir con referencia a sus hijos: «Aré lo que pude, porque hice lo que debía».

Nota. Ni arar es hacer ni aré es haré.