Cosas del carallot Carod
Un interno se fuga de un manicomonio, roba un coche, se pone al volante y se lanza a toda velocidad, contra dirección, por la carretera. Como el pobre no sabe que está loco, que el coche es robado y que circula contra dirección, pone la radio. Al momento oye una voz que dice: «Atención, atención, un loco circula a ciento cincuenta kilómetros hora, contra dirección, por la carretera…» El pobre apaga la radio y comenta con sorna para su capote: «¿Un loco? Ya me he cruzado con más de doscientos».
En opinión de Pájaro bobo, lo malo no es que Carod sea un carallot (botarate) y tampoco que termine dándose un tortazo morrocotudo; lo malo es el daño que va a hacer y por el que no va a pagar, como no ha pagado ni, presumiblemente, pagará por el que ya ha hecho y consumado.
¡Adelante, subalterno!