Despedida sin despedida
Un día, hace ya muchos años, la señora Lucía le dijo a Pájaro bobo, que entonces aún no se llamaba Pájaro bobo pero ya era uno de sus cuatro superinos: «Las personas mayores debemos estar siempre limpias porque podemos morir en cualquier momento». ¿Filosofía de madre? Así interpretó él su mensaje y así lo ha conservado en su memoria/imaginario hasta el día de mañana.
Y como no le gustaría morir con odio y rencor en el alma, Pájaro bobo ha empezado a sacudirse la falsa mala conciencia que se empeñaron en infundirle quienes, después de promover su aislamiento social y acosar su entorno familiar, maquinaron criminalizarle a perpetuidad. No deja de ser curioso que el oprimido, que es quien —a fortiori!— cumple la ley, sea denunciado como delincuente por los opresores, que son quienes la transgreden impunemente ad libitum. Sí, ad libitum!
Mundanidades y miserias aparte, Pájaro bobo considera que, a la hora de morir, el opresor es infinitamente más digno de compasión que el oprimido. Precisamente por su apego al poder y a esa coraza del alma que se llama falsa buena conciencia. ¿O es que acaso van a ganar una vez más y para siempre los de siempre. Pájaro bobo blasfema: A partir de un estado de injusticia, la justicia empieza con un ajuste de cuentas.
Primera consideración o Betrachtung de Pajaro bobo ante mortem.
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