Artículos del día 11 de marzo de 2007

Desde la ventana del búnker de pladur

Pájaro bobo se asoma a la ventana de su búnker de pladur. Nubes oscuras, tirando a negras; nubarrones de todos los tamaños, siempre y sólo oscuros. Pájaro bobo busca con la mirada a los superinos. La puerta está abierta. Es zarandeada por el viento. El viento es presagio de ventolera; las ventoleras son presagio de tormentas; las tormentas son presagio de tempestades; las tempestades son presagio de cataclismos y cambios violentos y traumáticos de gobierno.
Consejo de un español heterodoxo: Zapatero, no te asomes a la ventana del Parlamento que da a la calle. En la calle no verás nada; está cubierta de banderas de España enarboladas por españoles.
Claro que siempre podrás decir: «¡Ay, hay que ver de lo que son capaces esos cavernícolas de la derecha!»
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si bajaras a la calle, cogieras en tu mano una bandera y dijeras «yo también soy español»?
Pero, bien mirado, es mejor que no lo hagas; todos pensarían que era tu último acto de falsedad. De momento, sólo de momento.
Pájaro bobo opina que, de acuerdo con lo que has hecho y dicho, tú prefieres la compañía de criminales y separatistas. Y, de acuerdo con lo que has hecho y dicho, considera que es momento de que se te destituya y se te procese. ¿Has oído hablar alguna vez de impeachment?

Pensando en Álvaro, en Santiago y en Píndaro, siempre con Margarita

Desde hace años, Pájaro bobo viene informando (en realidad, machacando) con sus visiones y sus previsiones de España a Álvaro, poeta placentino, a Santiago, granjero de la granja, y a Píndaro, profesor de lenguas clásicas. Para él, dar cuenta de lo que ve y prevé es casi una necesidad, pues sus demonios no le dejan ni vivir ni dormir; para ellos, oírle y escucharle, cabe imaginar, un suplicio y, a veces, una bendición. En cualquier caso, ellos son, a título vitalicio, amigos y albaceas.
Si ellos le preguntan «¿y tú cómo lo sabes?», él contesta indefectiblemente «y vosotros por qué no lo véis?»
La única persona que no se sorprende de las intuiciones, adivinaciones y ensumaciones[1] de Pájaro bobo es Margarita, que lleva treinta y séis años a su lado, con todos sus días y todas sus noches, salvo algún pecadillo sin mala fe. Ella sabe lo que Pájaro bobo piensa y siente ahora, lo que pensará y sentirá mañana y lo que pensará y sentirá dentro de cien años. Sí, dentro de cien años, pues muchas de sus ideas, dice Margarita, pasarán a la historia. Y, de hecho, algunas ya forman parte del magma que flota en los medios de comunicación tangibles e intangibles.
[1] Ensumación viene de ensumar; en catalán, oler. Es palabra exclusiva del idiolecto de Pájaro bobo.

Promesa
Pájaro bobo promete que, tan pronto como le venga la vena, explicará y expondrá en esta página, que es su industria virtual, y, por lo tanto, libre y clandestina, la «teoría del desvalijador de cajas de caudales» que concibió hace tiempo pensando en su legado a la poste.