Rosa Regàs, la otra rosa
Rosa Regàs, directora de la Biblioteca Nacional (de España) se lamenta con todo derecho, y a buen seguro con toda razón, de que la escupen cuando va por la calle. Evidentemente eso de escupir a una persona está muy mal, pero peor, infinitamente peor, está que españoles y españolas como Rosa Díez vivan en condiciones de muerte civil, tanto en Vascongadas como en Cataluña. a manos de separatistas como Rosa Regàs.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Es posible convencer a un separatista o una separatista de que la traición es un atentado contra la democracia en cuanto que vicia la convivencia leal y pacífica de las personas?
¿Sería capaz la Rosa catalana de decir algún día quién la envió a la capital del país vecino y con qué misión?
En realidad, no hace falta que conteste y lo diga. No es ningún secreto. Aun así, resulta muy difícil aceptar que el cinismo de ciertas personas llegue a esos niveles. Ella sabe que todos sabemos lo que ella sabe y todos sabemos que ella sabe que todos lo sabemos.
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