Artículos del día 13 de abril de 2007

Las verdades y las falsedades de Pujol ben Gurión

El ex honorable (por favor, pronúnciese ix honoreibol aspirando la h) Pujol ben Gurión confiesa que está preocupado por la abstención en lo que fue y está a punto de dejar de ser feudo del catalanismo militante y recalcitrante. La dictadura con pátina de democracia se resquebraja. Ellos lo saben, lo saben y lo dicen; faltando a la verdad en conciencia y a conciencia, pero lo dicen; con lágrimas de cocodrilo en los ojos, cocodrilos del Llobregat, pero lo reconocen. Y lloran, con lágrimas de cocodrilo, pero lloran. Hoy la retaguardia de La Vanguardia habla de lo que se avecina. Tienen miedo. Tendrán que preparar una nueva chapuza y, sobre todo, perpetrar una nueva conjura. Con un lema y leitmotiv como, por ejemplo: una Catalunya independiente y con Estado propio fortalecerá la unidad de España y de los españoles porque asumirá el control de sus territorios y sobre todo de su Hacienda y de su banca. En eso son maestros. Aun así, ahora la palabra la tienen los Ciudadanos, partido de la ciudadanía. No es fácil que los engatusen, al menos en un primer envite, pero lo intentarán; sí, lo intentarán una y mil veces. Por delante y por detrás, por la izquierda y por la derecha, por arriba y por abajo, con halagos y arrumacos, con amenazas y puñaladas traperas, con pactos por las libertades y alianzas por los derechos de las naciones sin Estado, con «misas unitarias» y frentes nacionales, nunca, nunca, nunca con un acuerdo leal basado en la lealtad, pues escrito está: nadie puede dar lo que no tiene.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Qué chapuza, apaño, trapicheo, contubernio, chantaje o ménage à trois tienen ya preparado y preparido los padres de la perfidia para esa eventualidad que tanto temen?
¿Conseguirán los kapos de nuestra mafia política comprar, corromper, fagocitar, civilizar, democratizar, catalanizar y burocratizar a los nuevos, jóvenes y rebeldes ciudadanos de nuestra ciudadanía?
¿Aprenderán algún día los filisteos de Ponent que hasta ahora nunca nadie consiguió engañar, oprimir y sojuzgar a toda una sociedad durante todo el tiempo?
Nota
Pájaro bobo ha tomado el sintagma nominal «misa unitaria» del lingüista Enric Juliana, el topo del buen Retiro (el talp del bon Recés), que lo utiliza como sinónimo no de misa ecuménica sino de aquelarre de fantasmas y fantasmones.

De varia re: entre hoy y mañana

En plena semana pecaminosa, que antes era y se llamaba santa, Pájaro bobo trata de ordenar cuentas, papeles y asuntos varios. Su novela sigue pendiente. Cada día dice que va a cogerla de nuevo, o sea, a recogerla, pero la verdad es que el cartapacio continúa ahí, sobre la mesa. Lo más curioso e intrigante del caso es que ya la tiene escrita, pues normalmente él escribe de memoria, con la cabeza y en la cabeza, sin papel; todo lo más, con apuntes. Una novela, pues, en busca de autor.
El laberinto catalán, texto con pretensiones de editorial periodístico publicado ayer, domingo, en ABC, le ha producido tristeza, decepción y desesperanza. Según él, los madrileños y los españoles en general no conocen el problema catalán, ni lo conocen ni lo entienden. Para entender a los catalanes es necesario haber vivido en el extranjero, y es sabido que a estas alturas de nuestra historia futura el extranjero empieza/empezará, cada vez más nítidamente, en la margen izquierda del Ebro. Los que conocen y entienden el problema catalán, pero previsiblemente nunca lo explicarán de manera íntegra, veraz y leal, son los integrantes del lobby fenicio con residencia consular colegiada en la capital de todas las Españas. Así, atrapados entre la ignorancia indulgente y benévola/malévola de unos y la perfidia polimórfica y mimética de otros, los carpetovetones heterodoxos, radicales e iluminados estamos condenados a sufrir como perros. Y, por lo tanto, a blasfemar como condenados. Eso o dar en locos.
Gracias a La Vanguardia, Enric Juliana, en su condición de topo del Retiro (en vernáculo, talp del Recés), nos regala una crónica madrileña de raras excelencias literarias y específicamente periodísticas. En opinión de Pájaro bobo, continente y contenido sitúan a este catalán de cacumen con chispa y retranca púnicas claramente por encima de todos los escritores de periódico de nuestro ámbito lingüístico-cultural. Pulso, ritmo y entonación nos hacen olvidar por unos momentos que el angelito/mensajero/corresponsal no está donde está precisamente para halagar nuestros ojos y nuestros oídos con lindezas; eso es el camuflaje, la túnica. Debajo de la túnica lleva la daga, y, aunque esta vez no ha hecho ningún amago homicida, la ha mostrado o, al menos, ha hecho un gesto para que se vea el filo sin que se vea ni el gesto ni la intención. Virtuosismo del fenicio con la pluma y con la sica de sicario.
Después de vivir durante treinta años y un día vendiendo las mismas o parecidas imágenes y las mismas o parecidas figuras, como ese Tàpies que lleva treinta años y muchos días guarreando telas, papeles y paredes con sus pinceles, siempre especulando con el irredentismo, pecuniariamente redentor, de las cuatro barras, Francisco Umbral sigue mariposeando sobre la actualidad en la parcela que va de la tertulia de café a las revistas de gente guapa, pasando por los culebrones televisivos, pues para él escribir es, y sólo puede ser, puro y eterno mariposeo, mientras que Juan Manuel de Prada, víctima de un éxito prematuro, probablemente no llegará a ser el escritor que debió ser y tampoco el mejor y más creativo de cuantos lleva dentro. Para Pájaro bobo, Juan Manuel de Prada ha quedado en un misacantano típico de la cultura española de la Meseta, habida cuenta de que lo poco o mucho que llega a esas tierras desde la Europa ilustrada lo hace antes y después a través del filtro reductor de una lengua empobrecida por la mentalidad de hablantes ajenos e incluso contrarios a la dimensión metafísica de la realidad humana y por la misma razón incapaces de acceder a ella y vivir en ella. ¿Cuántos españoles saben, por ejemplo, que en la Europa nacida con la Ilustración la metafísica es percibida como espiritualidad y la espiritualidad es percibida como metafísica?
Más allá de diferencias tan profundas como evidentes, a Pere Gimferrer le ocurre algo similar. Pájaro bobo opina que este catalán del sur debería haber nacido en un país transpirenaico; en Francia, acaso en Italia. Presa de fuertes inhibiciones y represiones, más que agitado por filias y fobias, pero sin la menor duda poseído por una sensibilidad claramente patológica, Gimferrer, poeta y sólo poeta, se debate entre flaquezas y temores personales, de una parte, y exigencias suprapersonales, de otra; al menos, eso parece. No es fácil que consiga liberarse; y, en cualquier caso, debería hacerlo por elevación. Aun así, Pájaro bobo desea que la próxima vez tenga más suerte y venga al mundo en la Europa de los pueblos y los hijos de la Diáspora. Allí donde, al menos eso quiere creer, cada uno elige la lengua, la cultura, la patria y con ello todo lo que quiere ser y sólo lo que quiere ser.
Pájaro bobo está deseando morir o, por mejor decir, volver a nacer.

Entre topos y glotones

En opinión de Pájaro bobo, Enric Juliana, «el Topo del parque del buen Retiro», se salió ayer de madre con el artículo La trampa (y sus cómplices catalanes), publicado en La Vanguardia, otrora española y hoy cobarde y cínicamente antiespañola. En él dice, entre otras cosas, que como sus hijas, residentes en Madrid, no pueden proseguir el aprendizaje del idioma catalán en horario escolar, «a la España plural parece que todavía la están peinando». ¿Cinismo o provocación?
Cabe pensar que este topo no tiene juicio o que, precisamente por tenerlo, y mucho, sólo ve lo que quiere, cuando quiere, donde quiere y como quiere. Así, todavía no se ha enterado de que en Cataluña más de la mitad de la población tiene el español como lengua materna y de comunicación normal y, a pesar de ello o precisamente por ello, la enseñanza pública se imparte exclusiva y excluyentemente en catalán, único idioma oficial del país de los fenicios. ¿Acaso el senyor Enric no ha oído hablar nunca de los comisarios lingüísticos y de las multas lingüísticas? Miserable, miserable.
Valentí Puig, «Golafre mayor de las islas Pitiusas», nos anonada con una de las creaciones más portentosas del periodismo cispirenaico a lo largo de los últimos cien años, pues en su colaboración de hoy, jueves, 12, en ABC, escribe, proclama y enseña: Los lectores ya suponen que al querer imaginar un capítulo cualquiera de la vida política por venir no se pretende la profecía sino alumbrar lo que está ocurriendo a la luz hipotética de lo que pudiera ocurrir.
Pájaro bobo se rinde y renuncia a comentar la frase con visos de lead periodístico y, por supuesto, el artículo en su conjunto. Convencido de que le faltan luces, deja tan demeritoria tarea a exégetas, hermaneutas y drogomanes con más erudición y más paciencia que él.
De todos modos, él cree sinceramente que estamos ante dos estafadores y, por lo tanto, ante dos delincuentes de la pluma y la letra impresa, habida cuenta de que, aunque cada uno utiliza armas y recursos propios y diferentes, los dos persiguen el mismo fin, y no parece que a estas alturas sea mínimamente sensato preguntarse qué fin persiguen nuestros separatistas del Mediterráneo y del Cantábrico, estén donde estén, utilicen la lengua que utilicen. Miserables, miserables.

Aclaraciones
Traducido al catalán, el sobrenombre de Enric Juliana sería: «el Talp del parc del bon Recés».
La palabra catalana «golafre» significa glotón, pero, una vez incorporada a su idiolecto, Pájaro bobo ha procurado infundirle un matiz humorístico, entre indulgente y despectivo, en la línea de bon vivant.