A profesores y catedráticos que no han aprendido que es ilícito servir a causas ilícitas con medios ilícitos
Después de mucho organizar y mucho programar, el Partido de los Ciudadanos ya tiene raposos rapaces, voraces, bien instruidos y bien adiestrados en las dos alas de su gallinero: en la de la derecha y en la de la izquierda. Y, lo que es más grave, también en la nave central, que es el cuerpo. Entraron en su predio por una brecha abierta en el costado izquierdo, ése que da al bajo Llobregat y, a través de él, al mar de la Sargantana. Ahora, cualquiera que sea el color de su pelaje, todos los raposos intrusos cumplen órdenes de la Administración central de la Gran Fenicia de Poniente, que, como siempre, se cuida asimismo de la cobertura mediática y el fuego con piezas de artillería pesada. Pájaro bobo, que conoce las tácticas y las estrategias de los púnicos, cree que los Ciudadanos leales van a pasarlo mal: disensiones, enfrentamientos, traiciones y caos. Eso para empezar. El objetivo es la destrucción por la división y la división por el enfrentamiento. Todo ello en el gallinero, de puertas adentro. En eso y en escapar después como raposo por un tejado, Pujol ben Gurion y los suyos son especialistas consumidos. Basta con recordar, de una parte, la patriótica epopeya de Banca Catalana y, de otra, la foucheana operación-chantaje-ultimátum a Aznar por la cabeza política de un Vidal-Quadras suprapolítico. Como los raposos intrusos/disidentes poseen títulos universitarios y cierto prestigio/desprestigio social y académico, tienen discípulos, fámulos, ayudantes, acólitos y subalternos. Uno de esos raposos se llama Luis Bouza-Brey y se declara profesor de Ciencia Política, disciplina que acaso debería convalidar por la de Intriga Política con título expedido por la Pompeu. Otro, de nombre Francesc de Carreras, ejerce como catedrático de Derecho Constitucional, lo que nos da pie y derecho a pensar que entiende de traiciones, intrigas y conjuras; verbigracia, el penúltimo Estatuto de Cataluña. ¿De escribir? De eso, ni mucho ni bien. Pájaro bobo le/lo ha inscrito/encriptado con el nombre de «el Manso del Raval» en su registro de ideólogos orgánicos al servicio de dictaduras con attrezzatura democrática. De todos modos, ahí está el hombre, en el gallinero de la derecha de nuestros Ciudadanos, pues, aunque él se confiesa intelectual de izquierdas, cumple órdenes de sus jefes, que pertenecen a la derecha más púnica de la Gran Fenicia de Poniente, al igual que otros raposos cuyos nombres y sobrenombres irán apareciendo, lamentablemente, en esta página como prueba de conocimiento y reconocimiento de sus proezas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué, siguiendo con su programa de acciones doctrinales, Francesc de Carreras no invita a su correligionario Valentí Puig, politólogo y cronista de ABC, a pronunciar una conferencia o una tanda de conferencias sobre las últimas tendencias de la teoría del caos político en la sede del Partido de los Ciudadanos?
Nota
El mencionado politólogo sabe tanto de caos que, cuando diserta, no se le entiende nada, de modo que es igual que pronuncie la conferencia en español, en catalán o en mallorquín.
Artículo sobre
política escrito por el 16 de julio de 2007 y
sin comentarios de momento.