Artículos del día 16 de julio de 2007

¿Navajeo en la prensa madrileña?

Enric Juliana, conocido en este minifundio virtual, nacido del papel y la letra impresa, como el topo del parque del buen buen Retiro, hablaba días pasados en su croniquilla de y para La Vanguardia barcelonesa del navajeo casi obsesivo de la prensa madrileña. Un separatista de tomo y lomo como él, personificación de la falsedad y la perfidia púnicas, busca brega para segregar su baba y justificar su estancia en la capital. En honor a su empeño, Pájaro bobo le asciende ahora de rango y le nombra «Gran sabandija de las cloacas del municipio capitalino». De hecho, el aludido se pasa el día y la noche recorriendo las vías del clavegueram municipal en busca de inmundicia con la que componer sus croniquillas y dar de comer y leer a sus adictos. Es difícil saber si lo consigue siempre pero la verdad es que siempre lo intenta. Ahí, sobre el papel, está la huella de su persistente merodeo. Como el pobre trafica con veneno, hay que tener presente que, en su caso, no hay mensaje sin veneno ni veneno sin mensaje y, por lo tanto, sin destinatario.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿ha estado acaso el tal Juliana en las fiestas de nuestra capital o de alguna de sus barriadas?

Raposos en la granja de los Ciudadanos

A profesores y catedráticos que no han aprendido que es ilícito servir a causas ilícitas con medios ilícitos

Después de mucho organizar y mucho programar, el Partido de los Ciudadanos ya tiene raposos rapaces, voraces, bien instruidos y bien adiestrados en las dos alas de su gallinero: en la de la derecha y en la de la izquierda. Y, lo que es más grave, también en la nave central, que es el cuerpo. Entraron en su predio por una brecha abierta en el costado izquierdo, ése que da al bajo Llobregat y, a través de él, al mar de la Sargantana. Ahora, cualquiera que sea el color de su pelaje, todos los raposos intrusos cumplen órdenes de la Administración central de la Gran Fenicia de Poniente, que, como siempre, se cuida asimismo de la cobertura mediática y el fuego con piezas de artillería pesada. Pájaro bobo, que conoce las tácticas y las estrategias de los púnicos, cree que los Ciudadanos leales van a pasarlo mal: disensiones, enfrentamientos, traiciones y caos. Eso para empezar. El objetivo es la destrucción por la división y la división por el enfrentamiento. Todo ello en el gallinero, de puertas adentro. En eso y en escapar después como raposo por un tejado, Pujol ben Gurion y los suyos son especialistas consumidos. Basta con recordar, de una parte, la patriótica epopeya de Banca Catalana y, de otra, la foucheana operación-chantaje-ultimátum a Aznar por la cabeza política de un Vidal-Quadras suprapolítico. Como los raposos intrusos/disidentes poseen títulos universitarios y cierto prestigio/desprestigio social y académico, tienen discípulos, fámulos, ayudantes, acólitos y subalternos. Uno de esos raposos se llama Luis Bouza-Brey y se declara profesor de Ciencia Política, disciplina que acaso debería convalidar por la de Intriga Política con título expedido por la Pompeu. Otro, de nombre Francesc de Carreras, ejerce como catedrático de Derecho Constitucional, lo que nos da pie y derecho a pensar que entiende de traiciones, intrigas y conjuras; verbigracia, el penúltimo Estatuto de Cataluña. ¿De escribir? De eso, ni mucho ni bien. Pájaro bobo le/lo ha inscrito/encriptado con el nombre de «el Manso del Raval» en su registro de ideólogos orgánicos al servicio de dictaduras con attrezzatura democrática. De todos modos, ahí está el hombre, en el gallinero de la derecha de nuestros Ciudadanos, pues, aunque él se confiesa intelectual de izquierdas, cumple órdenes de sus jefes, que pertenecen a la derecha más púnica de la Gran Fenicia de Poniente, al igual que otros raposos cuyos nombres y sobrenombres irán apareciendo, lamentablemente, en esta página como prueba de conocimiento y reconocimiento de sus proezas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué, siguiendo con su programa de acciones doctrinales, Francesc de Carreras no invita a su correligionario Valentí Puig, politólogo y cronista de ABC, a pronunciar una conferencia o una tanda de conferencias sobre las últimas tendencias de la teoría del caos político en la sede del Partido de los Ciudadanos?
Nota
El mencionado politólogo sabe tanto de caos que, cuando diserta, no se le entiende nada, de modo que es igual que pronuncie la conferencia en español, en catalán o en mallorquín.

La paradoja socialista

Es sabido que el Partido de los Separatistas Catalanes (PSC) tiene una cabeza catalanista y un cuerpo obrero-español. Es una historia que viene de lejos, como viene de lejos el fraude de su formación y sus pactos con los convergentes y demás partidos de la Fenicia de Poniente para que aquí la política la hagan exclusivamente los catalanes y exclusivamente para los catalanes. La gran consigna del pacto del Tinell, de todos los pactos del Tinell que han sido, son y serán es que los partidos catalanes deben ser catalanistas, de modo que actúen siempre como un frente nacional. Y ahí seguimos, a pesar de que el fraude ha sido descubierto y denunciado manta vegada. El Partido de los Ciudadanos ha sido un segundo intento de romper esa dictadura. El primero fue el movimiento capitaneado por Vidal-Quadras. El vidal-quadrismo pertenece ya a la historia y el Partido de los Ciudadanos se debate, en estos momentos, entre la vida y la muerte sometido al fuego cruzado, interno y externo, del frente separatista unificado que nuevamente se empeña en arrancar de cuajo todo brote de libertad y democracia en Cataluña. Aun así, como tantas veces en la historia, el poso queda y, por lo que Pájaro bobo sabe y ha leído, los hijos de la perfidia y padres de esta dictadura encubierta tienen los días contados.
Ahora, un epígono de Don Pasquale, el de las melopeas, quiere que el Partido de los Separatistas Catalanes, o sea el PSC, asuma la bandera del independentismo. El epígono se llama Antoni Castells.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿acaso no sabe el separatista y traidor Antoni Castells que más del ochenta y cinco por ciento de los votantes del PSC son obreros españoles?
Miserable, ¡avergüénzate de haber nacido!