Artículos del día 28 de agosto de 2007

Miguel, berliner Konzertist

Nuestro hijo Miguel, que ya no es nuestro, sigue con sus industrias en Berlín, capital histórica de todas las Alemanias y de aquella ya legendaria Mitteleuropa que en sus mejores tiempos se extendía de aquende el Rhin a alllende el Volga. Hoy esa Mitteleuropa es, gracias a sus ciudades, un palimpsesto inmenso. He aquí las industrias de Miguel.
Primera industria. Trabajo fin de carrera (Telecos) en la Technische Universität. Tema: sensores y encriptadores. El tutor o Betreuer se llama Bernd Agern. La presentación del trabajo está prevista para diciembre. Miguel obtendrá/tendrá una titulación hispano-alemana.
Segunda industria. Conciertos en café-bares y gasolineras. Entrada y pase, gratis. Miguel toca la guitarra y canta en alemán, inglés y/o español. Su nombre artístico es Mani Rodríguez, que, según dice, suena a sudamericano. Al menos, da el pego. Su colega toca la batería y al parecer le pone brío a la cosa. El pasado fin de semana dieron un concierto —así lo llaman ellas y ellos— en un bar del antiguo y viejo Berlín oriental con capacidad para unas cincuenta personas. Pienso en Josef Roth, en sus espeluncas y en sus santos bebedores. El concierto de Miguel y su colega fue todo un éxito. Él no ha estudiado ni solfeo ni música, pero quienes lo conocen y le han oído hablar y musicar dicen que entiende.
Tercera industria. Según nos ha contado —la criatura ya tiene 25 años—, unos cazadores disfrazados de ejecutivos fueron y le contrataron allí, en Alemania. Empezará a trabajar en enero. En lo suyo, que es lo suyo.
Miguel, que estudió informática por su cuenta y riesgo, ha superado con nota las pruebas de programación y ha programado su vida de manera metódica y equilibrada. Es un buen hijo.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿continuará Miguel la industria paterna?