Artículos del día 2 de septiembre de 2007

Montilla, homúnculo y prosélito al servicio del Sanedrín catalán

Casi una historia bíblica de caínes y caimanes

Con alma y coraza de funcionario bolchevique, Montilla —ora José, ora Joseph— es ejemplo vivo de un servilismo tan indigno como indignante. Traidor a su partido, el PSOE, traidor a sus compatriotas, los andaluces que viven en Cataluña, y traidor a los separatistas catalanes, a los que sirve, este homúnculo está decidido a burlar y engañar tanto a los que confiaron en él como a los que desconfiaron de él. Zapatero lo pescó al vuelo para deshacerse de Pasqual Maragall, uno de los gerifaltes del Sanedrín catalán, y el Sanedrín catalán lo aceptó como prosélito, nunca sabra, con el único propósito de que le ayudara a conseguir la aprobación del Estatuto de Cataluña. Esa es su misión.
Pregunta ingenua e intempestiva: dado por cierto que el destino de Montilla está vinculado al destino del Estatuto de Cataluña, ¿qué será de uno y otro si al final resulta que no resulta?

La gran traición de Rodríguez Zapatero

Del sentimiento y la intuición a la certeza

Hace algún tiempo, Pájaro bobo, guiado como tantas veces por el sentimiento patriótico y la intuición alumbrada por él, llegó al convencimiento de que Rodríguez Zapatero estaba tramando una gran traición —la desnaturalización de España con la ayuda de los separatistas periféricos— y así lo hizo constar en esta misma página. Hoy, Rosa Díez nos confirma en el diario ABC que Pájaro bobo estaba en lo cierto. Entonces, basándose en lo que veía y sabía, Pájaro bobo pidió la destitución y el procesamiento de Rodríguez Zapatero por infracción manifiesta, continuada y deliberada de la Constitución vigente. Ahora vuelve a pedir su destitución y su procesamiento pero con el apremio que nace de saber que el delito de infracción manifiesta, continuada y deliberada de la Constitución vigente responde a la intención más que probable de acabar no sólo con nuestro ordenamiento constitucional sino incluso con la nación española sirviéndose de los llamados nacionalismos periféricos. Eso significa que las llamadas negociaciones con la banda criminal ETA no responden al deseo de hallar la paz sino a un proyecto tan inconfesable como es servirse de la ley para destruir el Estado que sustenta. El hecho de que, como denuncia Rosa Díez, el mencionado proyecto sea llevado adelante de espaldas no sólo al Partido Socialista sino, lo que es infinitamente más grave, de espaldas también al pueblo español constituye a la vez una prueba rotunda, irrefutable, y un agravante de la deslealtad de Rodríguez Zapatero.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué más hace falta para que el Fiscal General del Estado proceda contra el señor Rodríguez Zapatero?