Artículos del día 30 de septiembre de 2007

Crónica de los Madriles. Las metamorfosis de un agente llamado Enric Juliana

¿Últimos días en la capital de España?

Desde que llegó a los Madriles como enviado especial de La Vanguardia, órgano del Sanedrín catalán presidido por Pujol ben Gurion y Maragall ben Ariel en calidad de Sumos Sacerdotes, Enric Juliana ha experimentado varias metaformosis con el correr del tiempo, siempre al compás de los acontecimientos políticos, su enlace y su desenlace. Cuando estaba destacado en el parque del Buen Retiro con el encargo de realizar misiones/funciones de topo, acechaba a los españoles por ver qué hablaban, qué comían y qué leían. Luego, cuando le enviaron a las cloacas suburbanas y suburbiales, se convirtió en cucaracha, o sea, en sabandija. Y así sigue. Ahora para realizar su faena y sobrevivir, el tal Juliana tiene que comer inmundicias, y, consecuentemente, segrega veneno en forma de inmundicia. Si Kafka, el Grajo, lo viera… Lo malo es que, por vivir donde vive, la pobre criatura no se entera de la película de los humanos y para ganarse el condumio tiene que inventarse de vez en cuando alguna historia. Y eso es, más o menos, lo que hace. Con poca imaginación, con pocos recursos intelectuales, pero con empeño y contumacia. La contumacia es una de las virtudes del buen agente separatista. Otra, de signo contrario, estar dispuesto a cantar la palinodia tan pronto como el instinto de supervivencia se lo aconseja o se lo exige.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿le dará tiempo a cantar la palinodia a este infortunado topo-cucaracha-espía y, sobre todo, le servirá de algo hacerlo?

Alarma en ABC

Como Ángel Ganivet y Miguel de Unamuno, los que hoy amamos apasionadamente a España la amamos con dolor

Alguien dejó escrito que hay que leer el diario ABC, como mínimo, en los momentos de crisis nacional. Desde hace tiempo, Pájaro bobo cumple ese mandamiento con devoción patriótica. Tanto es así que en realidad no lo lee, lo estudia. Hoy ha encontrado en las últimas líneas de su Tercera el siguiente mensaje: «Y si algunos, como parece, quieren romper la baraja, tendrán que atenerse a las consecuencias. El arsenal consitucional es amplio y variado, y una mayoría —más o menos silente— está dispuesta a utilizarlo y a respaldar al Gobierno democrático que se decida a hacerlo. El que quiera entender que entienda, porque a buen entendedor pocas palabras bastan».
Dos observaciones
Primera. La escalada anarco-separatista promovida desde la periferia con la connivencia del Gobierno de Zapatero no ha escapado a la mirada de quienes, al margen del juego político, velan por la unidad y persistencia de España como nación y Estado de derecho.
Segunda. La defensa de la Constitución es la defensa de la España democrática y las agresiones a la Constitución son agresiones a la España democrática y a las instituciones en las que ésta se asienta.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué hasta ahora se ha mantenido al margen de la trifulca el muy ladino Pujol ben Gurión?