Suerte, Maragall
¿Es lícito olvidar y perdonar perfidias cuyos efectos perduran?
Como gracias a una extraña patología, regalo de la Providencia, Pájaro bobo se considera incapaz de sentir Schadenfreude o alegría del mal ajeno, no le desea ningún daño a Pasqual Maragall, y mucho menos ahora que, según parece, está enfermo. Aun así, Pájaro bobo no olvida que el tal Maragall fue uno de los artífices de la conjura catalanoseparatista para que en Cataluña todos los partidos políticos y todas las instituciones públicas estuvieran en manos de catalanes como él, ni de izquierdas ni de derechas sino todo junto y a la vez, de modo que aquí la política la hicieran los catalanes para los catalanes y éstos pudieran acceder a esa forma de suprasoberanía llamada soberanía compartida. Maragall creó y dirigió un Partido Socialista que, con más del ochenta por ciento de obreros españoles entre sus miembros, cerraba el frente catalanista contra el Gobierno central. Así, además de engañar a esos obreros españoles residentes en Cataluña, utilizó sistemáticamente sus votos como votos separatistas contra ellos mismos y contra el Gobierno de España. Maragall, que Dios te perdone, pues no parece probable que vayas a reconocer lo que hiciste y mucho menos que vayas a arrepentirte de ello. A Pájaro bobo le gustaría equivocarse.