Artículos del día 21 de octubre de 2007

Valentí Puig, agente del Sanedrín catalán en los Madriles


El subsodicho practica sistemáticamente la táctica del apagafuegos

Valentí Puig es un separatista con mucha letra menuda. Puede decirse que del separatismo y los separatistas lo sabe todo, pero no dice nada; ni dice ni escribe. Lo suyo es vigilar, controlar, detectar peligros y peligrosos, sí, peligrosos; en una palabra, apagar fuegos, fogatas y hogueras tan pronto como percibe olor a chamusquina, ya se trate de la feria de Frankfurt o del Estatuto de Cataluña. En eso es un auténtico lince: lince de la sierra madrileña y cronista de cafe bar y vaso de whisky, el hombre no deja que se le transparente el ánimo; ni el ánimo ni la cabeza, ni los sentimientos ni las ideas. De hecho, es capaz de escribir de todo y no decir nada de nada. Amontonar palabras también puede ser un arte. Y un medio de vida. Moraleja. El que quiera saber algo, por ejemplo, de Maragall, miembro emérito del Sanedrín catalán, que no lea una sola línea de las muchas que guarrea este corresponsal catalán en Madrid con columna fija en ABC, único periódico de todos los españoles. Miserable, miserable.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y qué hace este quintacolumnista de periódico con todo lo que sabe, aparte de ir destilando veneno en pequeñas y calculadas diócesis?

Reconciliación Nacional, no Memoria Histórica


Como nos enseñan los grandes maestros del pensamiento, el ser humano es a la vez sujeto de la acción política y objeto del relato histórico

Mientras vive, el ser humano actúa, mal que le pese, de una manera desordenadamente ordenada/ordenadamente desordenada y construye vidas y sociedades; eso es para Pájaro bobo la política: acción sincronizada y sincrónica. Además, el ser humano, mientras vive, elabora un relato del ser humano que le precedió; eso es para Pájaro bobo la historia: relato diacrónico y, en un principio, acrítico, no selectivo. Eso es también lo que le enseñaron los grandes maestros de la historia que ya son historia. Por eso mismo, no le parece mínimamente racional o razonable pretender borrar de un plumazo un período histórico concreto, cualesquiera que sean los motivos que se aduzcan, pues escrito está: historia, magistra vitæ. Puestos a aprender de la historia, Pájaro bobo propondría, habría propuesto, una campaña, no una ley, de Reconciliación Nacional. Una campaña de todos para todos y, por lo tanto, fraternizadora, integradora.
Pregunta ingenua e intempestiva. ¿hay que perdonar a Zapatero su perfidia por entender y saber que esa perfidia es fruto de la ignorancia? Pues claro que sí; pero que aprenda.