Carod-Rovira tiene razón
A cada uno hay que llamarle por su nombre; es derecho y obligación
Carod-Rovira tiene derecho a pedir/solicitar/exigir, al menos dentro de ciertos límites, que le llamen Josep-Lluís, ya que ese, y no otro, es su nombre. Yo le concedo ese derecho y me arrogo el derecho a llamarle traidor, estafador y delincuente, que también lo es. ¿Pruebas? Toda su actividad política es, vista con ojos de un ciudadano español respetuoso de la Constitución, la de un traidor, estafador y delincuente.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿acaso alguien puede negar que tratar clandestina y dolosamente, de igual a igual, con los miembros de una banda de asesinos como ETA es un delito?
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