Por una Cataluña soberanísima
Montserrat Nebrera y el efecto mariposa
Si Valentí Puig y sus compañeros de conjura y cordada están en el diario ABC para hacer que éste deje de ser el periódico de todos los españoles y pase a ser el órgano del Sanedrín catalán en los Madriles, naturalmente con él como director, Montserrat Nebrera está en el Partido Popular de Cataluña para rematar la faena de Josep Piqué y entregar los restos del impopular partido a los amos y señores de Convergencia. La subsodicha ha declarado: «Las revoluciones se hacen en el punto en que uno navega y esto acaba afectándolo todo». Sabia doctrina extraída de la teoría del caos y popularizada con el nombre de efecto mariposa que el Sanedrín viene practicando desde antes de la Transición, cuando, allá por los años sesenta, decidió poner en marcha el proyecto separatista más moderno y ambicioso: crear una Cataluña soberana y a la vez dominadora de los pueblos hispanos, devueltos a la Edad Media en forma de reinos de taifas. Y en esas está.
Ahora, la tal Nebrera se propone que ese pobre subalterno de nombre Cirera (cereza) agite el cirerer (cerezo) para que ella pueda recoger la cosecha (collita) y llevársela en ofrenda a los Sumos Sacerdotes del Sanedrín, Pujol ben Gurión y Maragall ben Ariel. Como queda dicho, la operación se inició a mediados de años sesenta en los conventos y las sacristías de la Tarraconense, provincia eclesiástica con dos lenguas litúrgicas (además del latín): una propia y otra impropia.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cómo terminará la operación-proyecto de una Cataluña soberanísima y dominadora de pueblos, por no decir imperialista?
Añadir comentario