Del Espíritu Absoluto al espíritu autonómico
A Pájaro bobo le enseñaron que Dios es uno y trino. Tres personas y un solo Dios o, mejor aún, un único Dios. Pájaro bobo, creyente patológico y, por lo tanto, con más fe que entendimiento, así lo cree. A pesar de que se trata a todas luces de un misterio, Hegel trató de explicarlo en Fenomenología del Espíritu (Fenomenologie des Geistes), libro memorable y memorando. Para ello se sirvió del concepto de Espíritu Absoluto, que presentó y explicó como resultado de un proceso que se realiza en la historia, o sea, en el tiempo y el espacio.
Ahora, los españoles nos encontramos ante un misterio mucho menos transcendente/transcendental pero, a los ojos de Pájaro bobo, igualmente incomprensible: una nación y diecisiete Autonomías.
Por eso o a pesar de eso, Pájaro bobo se ha decido a formular las siguientes preguntas a los españoles y en especial a los miembros de su Tribunal Constitucional:
¿Es España en cuanto nación igual a la suma de sus Autonomías?
¿Es España en cuanto nación más que la suma de sus Autonomías?
¿Es España en cuanto nación menos que la suma de sus Autonomías?
¿Está sometida España en cuanto nación y Estado constituido por diecisiete Autonomías a un proceso espacio-temporal?
¿A dónde y/o a qué conduce ese proceso espacio-temporal?
Artículo sobre
política escrito por el 23 de diciembre de 2007 y
sin comentarios de momento.
Hay razones suficientes, nunca sobradas, para pensar que pertenecer a una de las grandes culturas europeas es siempre una ventaja y pertenecer a una cultura minoritaria es siempre una desventaja
Enviar los hijos a un colegio extranjero, sea, por ejemplo, el Colegio Alemán, determina una situación específica que los padres deberían conocer y tener en cuenta tanto a la hora de tomar la decisión como durante el período de escolarización (desde el ingreso en el Kindergarten, con tres años, hasta la obtención del Abitur, en torno a los dieciocho). La experiencia de Pájaro bobo, basada en un planteamiento integral a priori, ha sido francamente positiva, y hoy sus hijos, Ana y Miguel, poseen una formación intelectual y psicológica de corte europeo o, lo que en en este caso es igual, rica, abierta y libre de localismos empobrecedores. Según Pájaro bobo, la medida requiere en los padres una vinculación previa con la cultura alemana, pues les va a exigir la creación, en el seno familiar, de una especie de oasis en el que se cultiven con cierta normalidadd la lengua de Goethe y, en la medida de lo posible, los valores de la cultura germana, habida cuenta que, como dice Heidegger, la lengua es «la morada del ser». Ana y Miguel tuvieron durante quince años una chica o un chico alemán a la hora de hacer sus deberes y, cuando ya estaban en la cama, sus padres, acompañados de ella o de él, repasaban los deberes y preparaban las mochilas para el día siguiente. Cada noche, durante quince años. Se comprende que los/las Au-pairs no resistieran la prueba y se volvieran a su tierra sin dar crédito a lo que habían visto y vivido. Todos menos uno, Ingo. Ingo resistió seis años y, además de ahorrar un dinerito curioso, estudió dos carreras, con lo cual se ganó el título de hijo adoptivo de la familia, título que aún conserva y exhibe.
Pregunta espontánea y pertinente de un niño español que estudia en el Colegio Alemán: Papá, ¿por qué tengo que estudiar yo en el Colegio Alemán si todos los demás niños estudian en colegios de aquí? Respuesta del padre: Cuando seas mayor lo sabrás y lo entenderás.
Artículo sobre
sociedad, sociología escrito por el 23 de diciembre de 2007 y
sin comentarios de momento.