Charnegos al servicio del Sanedrín catalán
Más allá de las maniobras de Zapatero para controlar el Partido de los Separatistas Catalanes (PSC)
A juicio de Pájaro bobo, los separatistas catalanes, ahora ya constituidos abiertamente en un frente unificado, persisten y persistirán hasta el último momento en su política de la puta i la Ramoneta por muchas razones; en primer lugar, porque responde plenamente a su temperamento o tarannà; en segundo lugar, porque les reporta beneficios; en tercer lugar, porque no comporta riesgos y siempre les permitirá recurrir al victimismo y, en caso necesario, incluso cantar el «Cara al sol». No obstante, la cosa se les está poniendo cada vez más difícil, pues unos y otros están descubriendo el juego y unos y otros están mejorando sus estrategias. Por de pronto, Zapatero ha conseguido expulsar de su entorno al compañero Maragall y ha puesto al frente de la Generalidad a un charneguete de su cordada como es el tal Montilla. Y para que el pobre charneguete no esté solo Zapatero le ha enviado una compañera en la persona de Carmen/Carme Chacón. Está claro que las huestes de Pujol ben Gurion y Carod Pérez de la Franja no están por la labor y van a poner en juego toda su perfidia para que los subsodichos se hagan dignos de la confianza que el pueblo catalán ha depositado en ellos. Luego les darán la patada. Aun así, Pájaro bobo sigue pensando que antes o después en el seno del PSC debe imponerse la corriente mayoritaria, la obrera y española, capitaneada por los Bouza y los Robles, a pesar de todas las intrigas del Sanedrín catalán. La consolidación de esa corriente al frente del socialismo de Cataluña debe ser, en opinión de Pájaro bobo, el punto de partida para el triunfo del partido de Rosa Díez en el ámbito nacional.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿acertarán a comprender los españoles de Cataluña, obreros e intelectuales, que de ellos depende en gran medida que España sea una democracia real?
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