La Monarquía, garantía de la unidad y persistencia de España
Larga vida al Rey
Es posible que los que, en mala hora, planificaron el nefasto y nefando Estado de las Autonomías, ahora llamado por algunos ilustrados letrados Estado autonómico (?), fueran conscientes de los peligros que iba a comportar su puesta en práctica y, precisamente por eso, decidieran colocar en la cima de la pirámide jerárquica una instancia que pudiera mantener a raya a los demonios de la deslealtad y la traición a la patria y, en caso necesario, ponerlos en fuga con su bastón de mando. Desde entonces y cada vez en mayor medida, la Monarquía significa garantía de la unidad y la persistencia de España. El periódico alemán Frankfurter Allgemeine habla hoy de la función cohesionadora del rey Juan Carlos en un «país políticamente polarizado, con fuerzas separatistas centrífugas, con continuadas amenazas terroristas por parte de ETA y con un consenso truncado en cuestiones como los estatutos autonómicos, en el que, incluso cada vez más, se le necesita y aprecia como garante de la unidad nacional». He ahí la Monarquía.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué pasará si las fuerzas que están destruyendo las instituciones fundamentales del Estado, como, por ejemplo, el Tribunal Constitucional, deciden y consiguen destruir también nuestra Monarquía?
Observación
En opinión de Pájaro bobo, el Estado de las Autonomías es contrario a la esencia histórica de España y en la prática se opone al régimen democrático de una nación-Estado en el que todos los ciudadanos deben tener los mismos derechos y en consecuencia el voto de cada uno de ellos debe poseer el mismo valor en todo su territorio.