Una opinión sobre las opiniones
A Zaratustra, el loco, ahora huésped de las Batuecas, que se empeñaba en filosofar a golpe de martillo
En opinión de Pájaro bobo, a una opinión se debe contestar, a ser posible, con una opinión. Si se contesta a una opinión con una afirmación se rompe la doble lógica del diálogo: la lógica del pensamiento y la lógica de la palabra. Norma básica: opinión con opinión; afirmación con afirmación.
En opinión de Pájaro bobo, las opiniones en cuanto tales no se pueden rebatir. Sólo se pueden rebatir afirmaciones formuladas como afirmaciones. Respecto de una opinión únicamente se puede asentir o disentir. En ese sentido decimos, por ejemplo: «Comparto o no comparto tu opinión».
En opinión de Pájaro bobo, de una opinión se puede decir que es correcta o incorrecta, acertada o no acertada, pero no que es verdadera o falsa.
En opinión de Pájaro bobo, una opinión incorrecta es en sí misma una verdadera opinión e incluso una opinión verdadera, en cuanto que expresa lo que piensa, siente o ve el que la formula, independienemente de que su contenido coincida o no coincida con la realidad objetiva. El que opina dice lo que ve y cómo lo ve; no lo que es la realidad. En definitiva, el que opina se sitúa en el plano de las percepciones, no en el plano de las realidades. Cosas como das Ding an sich (la cosa en sí) le son ajenas. En opinión de Pájaro bobo, manifestar lo que se piensa o lo que se sabe en forma de opinión responde a un enfoque epistemológico netamente subjetivo y a una actitud esencialmente democrática.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuándo aprenderemos los españoles a formular opiniones y a dejar las afirmaciones y las declaraciones categóricas a la ley y sus representantes?