Cuando la esencia y la existencia de España están entredicho
Ninguna democracia sin Estado de derecho y ningún Estado de derecho sin democracia. Jürgen Habermas
Hoy, lunes, 17 de marzo de 2008, Jiménez de Parga escribe en la Tercera de ABC: «Las democracias pluralistas funcionan más correctamente cuando los grandes partidos están de acuerdo en la forma de abordar y solucionar los problemas esenciales». Pájaro bobo opina que evidentemente el jurista tiene razón en el supuesto que plantea, pero considera que, dejando aparte ese supuesto, el mal que aqueja a España, tanto en estos momentos como a lo largo de toda su historia reciente, es otro muy distinto e infinitamente más grave que el dado y/o insinuado por el jurista, habida cuenta que afecta a su esencia y su existencia. Dentro de sus fronteras hay minorías políticas, sumamente influyentes, que no aceptan la concepción de España como una nación unitaria. Son oligarquías burguesas que, después de apoderarse de dos de las regiones más prósperas de España, amenazan, unas veces, con sojuzgarla y después destruirla y, otras veces, con destruirla y después colonizarla. Hablamos de las burguesías vasca y catalana. En estas circunstancias, y a la vista de los mensajes que nos llegan del futuro inmediato, Pájaro bobo considera que o España consigue integrar en su seno a las mencionadas burguesías o, muy probablemente, sucumbirá a manos de ellas, sus conjuras y sus intrigas. Dado que la sociedad civil española ha demostrado en las pasadas elecciones un sentido de pertenencia o patriotismo realmente encomiable, ahora hace falta que los dos grandes partidos nacionales actúen conjuntamente con el sentido de Estado que el momento requiere.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿estarán el PSOE y el PP a la altura de las circunstancias o dejarán que España sucumba a manos de minorías insolidarias y por eso mismo reaccionarias?
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