La conjura de Montilla o la traición del converso
José/Josep Montilla está dando lecciones a españoles y no españoles
Ahora ya sabemos que el bolchevique Montilla, charnego converso, tenía preparado desde hace tiempo el lote de exigencias que componían el precio de su apoyo a Zapatero en la campaña electoral. Helo aquí: dos o tres ministerios y un buen número de cargos de primer y segundo rango designados o a designar por él; financiación de la Generalidad de Cataluña con cargo a los presupuestos del Estado; financiación de las infraestructuras de Cataluña con cargo igualmente a los presupuestos del Estado; y, por supuesto, aprobación del Estatuto de Cataluña respetando todos sus puntos y todas sus comas, con mención especial de la nación catalana. Dicho y hecho. Ahora todos, empezando por Zapatero y Rubalcaba, tienen pruebas de que este charneguete es, como mínimo, tan peligroso como Maragall y Pujol juntos,
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿A dónde quiere llegar Montilla?
¿A dónde puede llegar si le dejan?
¿Se atreverá Zapatero a sustituir a Montilla por la Chacón antes de que ésta le sustituya a él?