De la crisis del PP a la crisis de la nación
Si no queremos pensar, podemos limitarnos a pensar que la crisis económica actual es una más en la cadena de crisis que la economía mundial, capitaneada por Estados Unidos, experimenta periódicamente para bien de todos, pues cada crisis facilita la adaptación del sistema a las condiciones del momento y de ese modo mejora sus expectativas de vida y supervivencia. No hay economía mundial sin crisis y sin crisis, probablemente, ya no habría economía mundial, al menos de acuerdo con el modelo actual.
Ahora es relativamente fácil ver cuándo y cómo empezó la última crisis del Partido Popular. Lo que no sabemos, y acaso tampoco haga falta, es cuándo y cómo va a terminar. Sabemos que todo empezó tras la victoria del PSOE en las pasadas elecciones y sabemos asimismo que, a partir de ese momento, comenzaron a tomar posiciones y a hacer uso de la palabra los elementos que querían aprovechar esa coyuntura para asomar la cabeza y, a ser posible, el cuerpo entero. Guerra de intrigas y conjuras. En esa situación, Hände weg! ¡Manos fuera! Y a esperar.
Parece ser que está en entredicho el llamado núcleo duro del PP, ese núcleo en el que Josep Piqué, siguiendo instrucciones y órdenes del Sanedrín catalán, había puesto el ojo para hacerlo saltar por los aires tan pronto como se le presentara la ocasión. Y la ocasión ya está aquí. Desmantelado, o poco menos, el PP de Cataluña, ahora hay que desmantelar el PP de lo que ellos llaman Madrid. Ya veremos. En cualquier caso, malo para el PP y malo, sobre todo, para España y los españoles.
En opinión de Pájaro bobo, la crisis del PP se inscribe, a escala nacional, en la batalla por el Estatuto de Cataluña, un estatuto que es más que un estatuto y, tal vez, incluso más que una constitución. ¿Tiene la Constitución española de 1978 cláusulas blindadas? En 1808, los españoles pudieron luchar y morir por su patria. Ahora, en el año 2008, eso ni es posible ni, probablemente, tiene sentido, pues, como ha dicho Narcis Serra, ex ministro de Indefensa, «nuestro futuro se debate a miles de kilómetros de nuestras fronteras».
Mientras tanto, la crisis económica sigue cebándose en las zonas más pobres y empobrecidas del planeta. Entre nosotros ya han empezado a notarse sus consecuencias. Todos sabemos que los tiempos peores están por llegar, y llegarán.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué quedará de España después de la crisis del PP, la batalla por el Estatuto de Cataluña y la crisis económica mundial?
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