Frente catalán: eje horizontal, eje vertical
Instalado e incomunicado de por vida en su búnker de pladur, Pájaro bobo observa por uno de sus ojos de buey, casi more platonico, las figuras que se mueven delante de él, a varios metros por debajo de su barbilla. Primero, el Menesteroso, que acude con condumio para los gatitos (superinos) de la casa Misteriosa. Después, algunas flâneuses burguesas con sus animales de compañía y, por último, cientos de travellers de la estación de ferrocarril. Estamos a cuatro estaciones de la Barceloneta y la ciénaga, otrora mar y piélago, de la Sargantana. Pájaro bobo observa, lee y medita…
Lo sabíamos, pero ahora, además de saberlo, tenemos pruebas. El anafalfabeto Celestino Corbacho, ministro sin instrucción ni cartapacio, se ha apresurado a expresar su júbilo por el hecho de que Cataluña sea reconocida como nación. ¿Acaso pertenece a ella? Y si no pertenece a ella, ¿por qué se alegra? Miserable, miserable.
La carpanta Xacó, ministra de Indefensa, ha seguido al corbacho extremeño y, respondiendo a las órdenes impartidas por el Sanedrín catalán, ha manifestado el deseo de que se cumpla el calendario político exigido por su jefe, el renegado Montilla. Éste intenta ahora formar un frente catalanista en la capital del Reino incorporando a él los 25 diputados del PSC (Partido de Separatistas Catalanes) en el Congreso. Así tendríamos que, mientras en Cataluña los partidos catalanistas cubren todo el espectro político-social de acuerdo con una distribución horizontal, ahora esos mismos partidos, después de realizar un giro de cuarenta y cinco grados, se alinean de acuerdo con un eje vertical para seguir formando, además de un bloque compacto, un frente único y unificado contra el Gobierno de España y, en definitiva, contra España.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿vamos a estar constantemente los españoles a merced de los separatistas, siempre tramando intrigas y conjuras?
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