¿La crisis económica va de vacaciones?
Después de celebrar triunfalmente sus napoleónicos cien días de gobierno y recoger el mensaje-bomba de los seudosocialistas de Montilla y sus charnegos, parece lícito pensar que Zapatero se irá de vacaciones a descansar y a maquinar una nueva tanda de trampas, embustes y trapacerías. Mientras tanto, la crisis económica seguirá creciendo y arrasando campos y ciudades para que, cuando los españoles vuelvan de la montaña y la playa, comprueben con horror que España ya no es España. La crisis económica los devolverá a la realidad, una realidad tanto más amarga cuanto que quienes van a pagarla no son los que la provocaron.Y viceversa. Una vez más y de otra forma: el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Como es improbable que el tal Zapatero conciba otro remedio contra la crisis económica que no sea insurparse (el verbo insurparse pertenece al vocabulario de la señora Lucía) los cuatrocientos euros de su victoriosa campaña electoral, habrá que ver qué explicación da de ella, habida cuenta que la economía no es precisamente su fuerte y las medidas preventivas no tienen cabida en su pobre y torpe cacumen; lo suyo es improvisar/repentizar sobre la marcha, deshaciendo todo lo hecho y negando todo lo prometido y comprometido, pues su amoralidad lo mantiene perpetuamente a salvo de desestabilizadores escrúpulos de conciencia. En Zapatero el cinismo contumaz se confunde con la ignorancia invencible, de modo que hay ocasiones en las que no es posible saber si miente o si la ignorancia habla por su boca. Un caso para el pisquiatra.
Pájaro bobo no irá de vacaciones, a pesar de que en las Batuecas, tierra de Ultratumba, le espera su maestro y amigo Zaratustra, que ha escrito recientemente un Discurso al Creador. Pájaro bobo está tan intrigado que por la noche no consigue dormir, y eso que no tiene problemas económicos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿consigue dormir Zapatero con la que está a punto de caerle encima?
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