Síntesis de una conjura frustrada
Primero formaron un frente con todos los partidos políticos de Cataluña, salvo alguna excepción, y, acto seguido, apostaron el ariete de la Financiación autonómica frente a las murallas del Estado de las Autonomías con intención de abrir en ellas una brecha que permitiera a los sitiadores acceder a la plaza de la Constitución, ya intra muros, donde el caballo de Troya de Estatut esperaba órdenes y refuerzos para dar cuenta del Tribunal Constitucional e implantar el nuevo modelo de Estado. Putsch incruento y conjura en toda regla.
El plan estratégico había sido concebido por el Sanedrín o Consejo Asesor de Cataluña, pero las acciones tácticas corrían a cargo de José Montilla en su condición de presidente accidental de la Generalidad. Y en esas estaban, cuando…
Rodríguez Zapatero apareció en la pantalla de TV, arqueó las cejas, simuló una sonrisa, abrió los brazos y con voz sosegada e incluso sincera y convincente declaró, con estas o parecidas palabras, que hasta el momento él había cumplido con el Estatuto de Cataluña, que la financiación autonómica era cosa de diecisiete, no de dos, y que los Presupuestos del Estado estaban a buen recaudo y, por lo tanto, nadie que no fuera él podía utilizarlos como arma balística (del griego bal.lo, arrojar). Dicho esto, desapareció, y volvió a reinar el silencio.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
1) Dónde queda el frente nacionalista dirigido por el Sanedrín o Consejo Asesor de Cataluña?
2) A dónde ha ido a parar el ariete de la Financiación autonómica manejado por Montilla?
3) Qué ha sido del caballo de Troya del Estatuto de Cataluña?