Presupuestos del Estado: los verás pero no los catarás
Pájaro bobo sostiene que, tan pronto como un negociador-interlocutor de Zapatero se sienta a la mesa de las promesas, ya está cazado. Hasta ahora, los únicos que se han salvado han sido los trabucaires etarras y, parcialmente, su emisario, el mongol Ibarretxe, que sigue por ahí con su mongólico referéndum.
En cambio, los separatistas catalanes sólo viven para maldecir/elogiar las maquiavélicas virtudes del ladino y leonino leonés. De momento, los ha engañado a todos, desde Pujol ben Gurión, venerable figura del Sanedrín o Consejo Asesor de Cataluña, hasta su fámulo y subalterno, el mínimo Mas. El último en caer en la red y pasar a engrosar la lista de timadores timados ha sido el bolchevique Montilla. Ahí está ahora, frente a las murallas de la Constitución española, con su ariete de cartón piedra, sin saber qué hacer ni a dónde apuntar. Es lo que dice Pájaro bobo: ¿de qué te sirve el ariete si no te sirve?
Todo porque su antiguo valedor y siempre jefe le ha advertido, con amenaza incluida, que no se le ocurra poner el ojo en los Presupuestos del Estado. Y tiene que haber sido una amenaza muy contundente y muy eficaz, pues el bolchevique ha obedecido sin rechistar, lo cual, claro está, no quiere decir que éste no vaya a tramar una de las suyas, como tampoco quiere decir que su jefe no tenga preparada una respuesta de las suyas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿quién le ha dicho a Pájaro bobo que Zapatero ha pedido a Corbacho que esté preparado para viajar a Barcelona, concretamente a la plaza de San Jaime, tan pronto como a Montilla le coja un percujo y dé con sus huesos en un hospital de la Seguridad Social?
Idióticon de Pájaro bobo
Percujo: catarro, resfriado o malestar general de cierta gravedad. Dialecto de la Alta Extremadura.