Los españoles y la otra realidad catalana
Dos datos reales para una política realista y democrática
1) Actualmente, en Cataluña hay dos comunidades sociolingüísticas: una comunidad de lengua española o castellana, equivalente al 60% de la población total (4 millones), y una comunidad de lengua catalana, equivalente al 40% restante (3 millones).
2) La comunidad de lengua catalana acapara en torno al noventa por ciento del espectro sociopolítico y sus formaciones, distribuidas a izquierda y derecha, forman en realidad un partido único que copa toda la vida pública y suplanta a la comunidad de lengua y sensibilidad españolas, que carece prácticamente de representación en las instituciones públicas y casi totalmente en el Parlamento de Cataluña.
De hecho, en Cataluña no se reconoce la existencia de una comunidad de lengua y sensibilidad españolas, siendo como es claramente mayoritaria.
Esta es una realidad que hay que dar a conocer para desmontar fraudes como el llamado Estatuto de Cataluña, documento elaborado, presentado y aprobado exclusivamente por los representantes (¡ilegítimos!) de la comunidad de lengua catalana. En rigor, todas las instituciones públicas de Cataluña carecen de legitimidad democrática, ya que no son representativas, de la misma manera que toda la actividad de su Parlamento es fraudulenta y delictiva desde sus mismos orígenes por la sencilla razón de que su creación responde a una conjura de los políticos catalanistas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿serán capaces los españoles de desmontar ese fraude, con todos los derivados de él, antes de que pase a ser un hecho consumado e inamovible?