Frente catalanista: ¿dónde está la omertà de los conjurados?
«… Zapatero se va a hundir con todos nosotros». Joan Ridao, portavoz de ERC
El nombre oficial del Sanedrín catalán es Consejo Asesor de Cataluña. Si Pájaro bobo lo llama Sanedrín no es tanto por mor de una caprichosa licencia idioléctica cuanto por el convencimiento racional de que la institución catalana está inspirada en el modelo bíblico. De hecho, tiene sus Sumos Sacerdotes y su cuerpo social está integrado por representantes de las cien familias burguesas de Barcelona. Siglo XIX, siglo de la burguesía industrial.
Digamos de paso que, a nuestro leal saber y entender, en Cataluña ni ha habido ni hay nacionalismo, que es un movimiento social bidireccional —de abajo arriba y de arriba abajo— y, por lo tanto, de evolución interclasista. Lo que ha habido y hay aquí es un movimiento burgués y, como tal, clasista y endogámico. Y los intelectuales cispireniacos empeñados en no enterarse.
El hecho es que cuando los partidos catalanistas tenían a punto su frente antinacional, llega Zapatero, pacta con el más insignificante de sus representantes y les destroza el invento. ¿Dónde está la omertà de nuestros conjurados?
Ellos saben por experiencia que en manos de Zapatero tres meses son tres siglos. Tres siglos i la torna. Concluida la moratoria, el su(b)sodicho les soltará, verbigracia: «Eso os obliga a vosotros, no al Gobierno».
Y no es que Zapatero sea más listo o más cínico que un Pujol ben Gurión, un Montilla o un Maragall, sino simplemente que juega con ventaja. Él sabe que la estrategia de los conjurados es es puro farol, un triste muro de cartón piedra. Por eso, aunque una oscura eminencia gris del catalanismo independentista como Ridao amenace ahora con hundir el templo con todos los feligreses dentro, nadie se conmueve, pues todo el mundo sabe que eso no ocurrirá, por la sencilla razón de que en la historia de Cataluña no hay precedentes de actos de esa naturaleza (síndrome de Sansón) ni de visceralidad numantina. Ridao, te has pasao.
También pasa que ahora los separatistas tienen delante de ellos a alguien que los supera en medios, no en perfidia. A la postre, lo más probable es que ese alguien los deje encerrados en una de las mazmorras del castillo de Montjüic o del palacio situado en el parque de la Ciudadela de Barcelona y, acto seguido, escape con el dinero de los Presupuestos del Estado y la financiación autonómica, junto con las llaves del Gobierno llamadas de la gobernabilidad. Si les deja algo serán los cuatrocientos euros. Tiempo al tiempo.
De momento, Zapatero ha conseguido que, una vez más, los conjurados se amansen y, tan pronto como han quedado amansados, se sienten de nuevo a la mesa de las promesas. Lo que venga después ya está escrito, pues estamos ante una curiosa variante del eterno retorno. ¿Zapatero filósofo? No, Zapatero sinvergüenza contumaz e incorregible.
Pregunta ingenua e intempestiva con tres variantes: ¿acabará Zapatero con el frente separatista catalán, acabará el frente separatista catalán con Zapatero o acabará él con ellos y ellos acabarán con él?