Crisis económica, financiación autonómica y Presupuestos del Estado: tres problemas y una fórmula, vacaciones
En manos de Zapatero las vacaciones son una de sus muchas maneras de dar largas a los asuntos que ha decidido no afrontar, que son todos o casi todos y, en cualquier caso, los más graves. En primera instancia, el tiempo juega siempre a favor suyo, porque él está resuelto, cínicamente resuelto a no cumplir sus compromisos o, lo que es igual, a no pagar lo que debe. Con él, lo prometido nunca es deuda. Y, también, las deudas de honor no se pagan. Que le llame falso entre los falsos, y con razón, un separatista catalán que ha hecho de la traición a España la razón de su vida es canela fina. Acaso un día se diga: «Eres más falso que Zapatero». O también: «Era tan falso, tan falso, que ni lo separatistas querían tratos con él».
Montilla le aguantó los doce asaltos del combate, pero en la prórroga sucumbió. Eso es, al menos, lo que ve y prevé Pájaro bobo para después de vacaciones. Como la crisis es y existe, se niegue o no se niegue, cabe pensar que seguirá galopando y cuando Zapatero tenga que afrontar la financiación autonómica, porque haya agotado todas sus trapisondas, comparecerá ante los buitres periféricos o enviará a su subalterno Solbes para que lo devoren. Lo seguro, o casi seguro, es que al final el tahúr de la eterna sonrisa encontrará una fórmula para salvar el pellejo y la máscara, aunque tenga que arrojar a las alimañas al único de los suyos que sabe y entiende algo de finanzas.
La vuelta de vacaciones será dura. Pájaro bobo percibe ya vientos con mensajes de dolor y tristeza. Zapatero se aferrará al poder y con él a su sonrisa. La sonrisa de un cínico, la sonrisa de un delincuente sin conciencia, sin escrúpulos de conciencia. Zapatero es la antítesis de lo ético.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué Pájaro bobo se imagina siempre a Zapatero en una cárcel?
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