El pecador Losantos, víctima de la venganza del cardenal
Las historias de la Radio suelen ser largas y complicadas. La de Jiménez Losantos al servicio de la COPE es una de ellas. Al final, las intrigas, no las oraciones, de Lluís Martínez Sistach, Cardenal y Arzobispo de Barcelona, además de Sumo Sacerdote del Sanedrín de Cataluña y alto funcionario de la Generalidad, han dado fruto. El locutor de las mañanas de muchos españoles de Cataluña ha enmudecido, probablemente para meses, incluso para años.
El supradicho cardenal, a quien Pájaro bobo, por su cuenta y riesgo, considera un indigno representante de la Iglesia, ha conseguido con sus armas y sus influencias terrenas que el pecador Losantos, oximoron de un feligrés faltón y descreído, sea arrojado a las tinieblas exteriores, donde, en vez de voz cantante y tonante, tendrá llanto y crujir de dientes. Multas pecuniarias aparte.
Ahora, la Generalidad podrá reforzar su programa de catalanización de la emisora, aunque la verdad es que ya ha empezado. Cabe pensar que el cardenal estará satisfecho con su caritativa e intrigante mediación, pues la emisora de la Conferencia Episcopal Española (en boca del cardenal, del Estado español) conseguirá en unas cuantas mañanas o noches que sus oyentes hagan como los feligreses de lengua española de estos pagos: apagar para siempre la radio, como ellos han eliminado para siempre la cruz de la casilla destinada a la Iglesia en sus Declaraciones de la Renta.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Qué entiende el cardenal Lluís Martínez Sistach por espíritu ecuménico y caridad cristiana?
¿Pagará la COPE, en cuanto empresa contratante de Jiménez Losantos, las penas pecuniarias que se le han impuesto a éste por faltas cometidas en el ejercicio (ciertamente indebido) de su trabajo?
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