De Guerra a Corbacho pasando por Sebastián
Pájaro bobo oye y escucha a Alfonso Guerra en la Tele y queda literalmente «pasmaíto» al comprobar la ignorancia del segundo de Felipe González en temas referentes a Cataluña. Ni zorra idea.
En cambio, las declaraciones de alguien tan limitado intelectualmente como Corbacho sobre la contratación y no contratación de aborígenes en origen son en su opinión tan correctas conceptualmente que constituyen una fórmula poco menos que universal. Dejando aparte la doctrina Monroe, que tan mala prensa tiene entre nosotros, parece lógico que Sebastián, ministro de Industria, saliera en defensa del extremeño, que trabajo tenía con defenderse sin poner de manifiesto sus gravísimas carencias. Pájaro bobo se malicia que lo hizo, entre otras razones, porque él le había puesto el mensaje en el pico. Era una obra de caridad y una obligación moral.
Malicias aparte, no cabe duda de que vienen tiempos en los que habrá que adoptar imperativamente medidas de esa índole. Lo exigirá la sociedad a la que se deben todos los políticos, incluida María Teresa de la Vega.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué las declaraciones sobre temas de economía no las hacen los titulares de las carteras vinculadas directamente a la materia?
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