Zapatero-Montilla: duelo de truhanes
Los dos truhanes y sicarios, cada uno por su cuenta y riesgo, vienen preparando el duelo desde hace meses, incluso años. Los dos, con la daga siempre a punto para asestar una única y mortal puñalada al contrincante, otrora aliado, siempre enemigo, a las primeras de cambio. Zapatero, asistido por un tal Rubalcaba, maestro en el manejo de la sica; Montilla, solo ante el peligro, pero mirando continuamente de reojo a Pujol ben Gurión, presidente del Sanedrín catalán, para recabar su vist-i-plau: « Molt bé, noi! Ahí, en la entrepierna. Collons, ahora no sé cómo se dice entrepierna en català».
A primera vista, el duelo gira en torno al Estatuto de Cataluña y los Presupuestos Generales del Estado como penyora y botín, pero detrás hay mucho más. Verbigracia: el relevo —léase muerte política– del bolchevique, con la consiguiente e inmediata reorganización del PSC o Partido de los Separatistas Catalanes, que pasaría a ser el PCS o Partido de los Charnegos Socialistas y estaría dirigido por un Corbacho de vía estrecha y hasta ahora nunca desmentida lealtad. En realidad, el objetivo último responde a una razón de Estado: desmantelar y desmontar el frente catalanoseparatista, ese que dirige Pujol ben Gurión desde el Sanedrín, antes de que el fuego se propague y arrase los campos y las ciudades de España, pues entonces ya sería demasiado tarde.
El bolchevique quiere vender su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado para obtener dos talls o tajadas de mucho peso y sabroso contenido: la aprobación del llamado Estatut de Catalunya en su total y absoluta literalidad parlamentaria y un share de los mencionados Presupuestos fijado por Cataluña y pactado en régimen de bilateralidad, o sea, entre el Govern de Catalunya y el Gobierno del Reino de España.
Zapatero, desde hace tiempo conocedor del veredicto del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, tiene clara ventaja en este enfrentamiento. Sabe que la jugada del catalanoide es puro farol. Además éste ha cometido dos errores tácticos gravísimos: traicionarle y, para colmo, actuar como cabecilla y cerebro del frente nacional catalán contra España, contra el Gobierno de España y contra él y los suyos. Por todo ello, Pájaro bobo está convencido de que ahora Zapatero se ve obligado a dar una lección en toda regla al bolchevique y se la va a dar, con lo que, como este mismo vaticinó,«al final se sabrá quién iba de farol».
Desmontado el Estatuto y aprobados los Presupuestos Generales del Estado, no a pesar sino gracias a la traición de Montilla, Pujol ben Gurión podrá lamentarse y gritar: «Catalunya ha sido víctima de una vil traición por parte de Espanya. Los catalanes no lo olvidaremos y tomaremos medidas». Lo que quiere decir: Nos vengaremos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿En qué consistirá la venganza del Sanedrín catalán en el caso, más que probable, de que quede desmontado su proyecto independentista?
El Idióticon de Pájaro bobo
Nicomedia, Cuchillerato. Hervás, 1934. Dos madres hablan de sus hijos. Una de ellas insiste en que el suyo es muy estudioso y le suelta a la vecina: «El de mi Lorenzo es Nicomedia». Lo que la buena señora quiere decir es que su hijo ha superado el catón y ahora ya estudia con la enciclopedia, que es su libro de clase. La otra madre no quiere ser menos y le replica: «Pues mi Antoñito ya ha empezao el cuchillerato». Pájaro bobo ignora si en 1934 algún vecino de la villa extremeña cursaba estudios de Segunda Enseñanza, aunque fuera en esa variante local.
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