Operación Sarkozy: sanear el capitalismo
Probablemente, la crisis que en estos momentos sacude el universo económico-financiero va a tener a la postre su lado positivo: provocar una acción/reacción colectiva de las principales economías mundiales en pos de una vía más racional y, curiosamente, también más realista. Sarkozy, fiel a su estrella, parece dispuesto a liderar esa acción colectiva con una meta y tres objetivos.
Aunque se ha empezado a hablar de proyectos como refundar el capitalismo, Pájaro bobo entiende que una meta loable y realista puede ser sanear este sistema que, después de casi un siglo de servicio desde su último gran quebranto, ha sufrido, o está a punto de sufrir, un colapso que paralizaría toda su actividad. Para conseguir esa meta, el hábil y audaz político francés ha fijado sus ojos en tres objetivos: el Fondo Monetario Internacional, los paraísos fiscales y los fondos de alto riesgo (hedge funds).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) cumple entre otras funciones la de supervisar las políticas cambiarias de los Estados miembro de acuerdo con la situación general. Además colabora en proyectos nacionales de ajuste y reforma y presta asistencia técnica, en el ámbito de la economía y las finanzas, a los países miembro que se la solicitan.
Como es sabido, los paraísos fiscales son países o territorios en los que se pagan impuestos muy bajos o nulos por los capitales depositados en sus bancos. El Gobierno español tiene «fichados» 46 paraísos fiscales. Para nosotros, los más conocidos son probablemente Andorra y Gibraltar.
La razón de ser de los fondos de alto riesgo o hedge funds es obtener beneficios a muy corto plazo. Por ese motivo y por escapar al control de los gobiernos en cuanto que no están regulados, pertenecen con todo derecho a la economía más especulativa.
No sabemos si Sarlozy va a conseguir su ambicioso objetivo de refundar el capitalismo, pero ya el solo hecho de querer sanear el modus operandi de la economía especulativa mediante un control más riguroso de sus prácticas y su campo de acción merece el apoyo decidido de todos los gobiernos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se puede pensar hoy en una alternativa al capitalismo que no sea otra forma de capitalismo?