Artículos del día 21 de octubre de 2008

Arte: de Bacon a Goya pasando por Tàpies

A los ojos de Pájaro bobo el retrato de Francis Bacon ideado y ejecutado por Lucien Freud, su amigo de enfrente, tiene mérito. Cuatro rasgos que son otras tantas facciones como cita y sinécdoque del rostro, el rostro como cita y sinécdoque del alma, un alma atormentada por los demonios del espíritu y de la carne. Freud, el retratista, gusta de ensañarse con las mujeres, mujeres jóvenes a ser posible. A Francis Bacon le gustaba que los hombres, preferentemente  toscos y rudos, se ensañaran en su cuerpo y con su cuerpo.

El dublinés poseía un ego dominado por una soberbia inmensa.  Como Richard Wagner,  como Herbert von  Karajan, dioses de la música teatral; cada uno de ellos a su manera, en su escenario.

A juicio de Pájaro bobo, Francis Bacon no era precisamente un maestro ni del dibujo ni de la pintura ni del grabado. Aun así, su obra tiene fuerza,  mucha fuerza, fuerza agresiva, fuerza destructiva, fuerza vengativa. Francis Bacon vierte su fiebre sadomasoquista en lo que hace y deshace: retratos que no son retratos, cuerpos que no son cuerpos, arte que nunca fue arte.

No sabemos si Francis Bacon pasará a la historia del gran arte. Goya ya está en ella. Con todo merecimiento. A  diferencia del irlandés, él sí  sabía dibujar y pintar y grabar. Además tenía pulso y temple.  A Pájaro bobo, Goya, genio español por antonomasia, lugareño grosero y hosco,  le recuerda Beethoven. Físicamente. También sordo.

Antoni Tàpies tiene algo que le acerca, acaso esporádica o tangencialmente,   a  Francis Bacon, al menos para este observador. Lo suyo no es ni dibujo ni pintura ni escultura.  Y, aunque el alma del catalán está dominada por una soberbia equiparable a la del irlandés, sus obras están presididas por una extraña mesura y una no menos extraña austeridad. Tàpies no destroza la naturaleza, ni los cuerpos, ni esos orificios por los que se asoma el alma. Lamentablemente,  lo suyo tiene muy poco de arte, arte para la historia. Lo que hace Tàpies es quincalla o, si se prefiere, bricolaje del tipo do it yourself.