El desmadre de los brokers
El título de esta entradilla tal vez suene a juerga pitorrona o a happening de la alta suciedad marbellí o ibicenca, pero en realidad alude a un desfalco, un desfalco monstruoso, tan monstruoso que en realidad es una suma de desfalcos billonarios (no sólo billones estadounidenses sino también billones españoles, que son más grandes). ¿Y qué es un desfalco?
Según nuestro diccionario, el desfalco, en cuanto acción de desfalcar, consiste en «tomar para sí un caudal que se tenía bajo obligación de custodia». De acuerdo con las entendederas de Pájaro bobo y su lenguaje, los brokers de los parqués de todo el mundo han desfalcado los caudales que tenían bajo obligación de custodia. Esos caudales constituyen o al menos constituían la materia prima de la economía especulativa, esa economía que opera exclusivamente con dinero erigido al mismo tiempo en valor de uso y valor de cambio, sin escoria. Situación grave, gravísima, apocalíptica.
En esas estábamos, con miles de brokers millonarios y multimillonarios pero sin caudales, cuando, conscientes del peligro, los gobiernos que están detrás de los gobiernos de las naciones más poderosas del mundo, ordenaron a sus respectivos pupilos que lanzaran la preceptiva llamada de alerta. Y los pupilos lo hicieron: desde Bush el expeditivo hasta Zapatero el remiso, pasando por Sarkozy el listillo.
En el caso de España, la situación del parqué, terreno de juego de esas figuras simbólicas de la economía especulativa llamadas brokers, es acaso más grave que en otros países, pues tenemos como jefe de Gobierno a un irresponsable e ignorante y como contador y tesorero del erario público a un personaje al que, en razón de sus últimas actuaciones, Pájaro bobo no duda en definir como Fachidiot, término alemán que se puede traducir perfectamente por «especialista idiotizado».
En cualquier caso, Pájaro bobo considera que, una vez reparada la avería por vía urgente y restablecido el funcionamiento de la red, habría que proceder al saneamiento integral del sistema operativo para evitar en lo posible que se repitan situaciones como la actual y exigir responsabilidades.
Para ello, a su juicio, la sociedad civil debería tomar la iniciativa y llevar a cabo las siguientes acciones:
1) Pedir explicaciones a los partidos políticos, al Gobierno y al Banco de España.
2) Exigir que los partidos políticos y el Gobierno pidan explicaciones a los responsables del Ministerio de Economía y afines, así como al Banco de España.
3) Exigir a los responsables del Ministerio de Economía y afines, así como al Banco de España, que pidan explicaciones a los responsables de las entidades económicas y financieras que operan en nuestro espacio económico.
4) Exigir que los responsables de las entidades económicas y financieras pidan explicaciones a los responsables de los departamentos implicados directamente en el desfalco.
5) Exigir al Gobierno y al Banco de España que presenten las conclusiones de sus investigaciones y las medidas adoptadas y previstas en relación con el desfalco.
Resumen. Se trata de delimitar el ámbito del desfalco y simultáneamente de identificar con nombres y apellidos a sus autores y coautores. De entrada podemos decir, sin peligro de error, que el Gobierno es culpable de un delito cometido en el ámbito de sus competencias y responsabilidades.
Pájaro bobo entiende que aquí la sociedad civil tiene la primera y la última palabra. Ella es la que debe iniciar las acciones legales y exigir responsabilidades para clarificar el fraude y procesar a los culpables. Ninguna instancia política lo va a hacer, pues todas son corresponsables y, por lo tanto, culpables en mayor o menor medida. En definitiva, aquí tenemos un delito de inmensas dimensiones en su cuantía que ha sido posible merced a múltiples formas de dejación en el control de las actividades económicas y financieras que tienen lugar en el ámbito español.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿nos encontramos acaso ante un delito que por sus dimensiones queda a cubierto de toda acción legal?
Aclaración
El billón español tiene un millón de millones; el billón estadounidense tiene mil millones.
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