Pueblo, sociedad civil y ciudadanía
Pájaro bobo considera que el sujeto del Estado de derecho no es el pueblo sino la sociedad civil. Pueblo es un término con un inmenso lastre histórico y una variadísima y aún mayor carga semántica. De hecho, el término pueblo es no sólo muy anterior a las democracias modernas sino también ajeno, cuando no opuesto, a ellas. Para verlo basta con echar una mirada a la historia de los pueblos y prestar atención a sus numerosos y profundos componentes irracionales.
La Revolución francesa, que fue europea, nos trajo el concepto de ciudadanía, que, a su vez, nos trajo el de sociedad civil como comunidad de seres humanos libres, sometidos por decisión racional propia, individual y colectiva, a la ley en cuanto eje y medida de una convivencia pacífica. El pueblo quedaba atrás como correlato mítico-poético de la patria.
Pájaro bobo entiende que la soberanía nacional, acaso llamada impropiamente popular, reside en la sociedad civil y así debería figurar en nuestra Constitución. No en el pueblo.
De manera análoga, en su opinión, el Defensor del Pueblo debería llamarse Defensor del Ciudadano, pues su titular defiende a ciudadanos de carne y hueso, no al pueblo, que en este caso es claramente una abstracción.
Al margen de lo dicho, Pájaro bobo se tiene por un patriota español y como tal desea vivir y morir.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿hay realmente ahí una contradicción esencial?