Financiación autonómica
A los ojos de este observador, las negociaciones sobre la financiación autonómica llevadas a cabo por Zapatero, como jefe de Gobierno, y Montilla, como presidente de la Generalidad, constituyen un paso más hacia el envilecimiento de la política nacional. La deslealtad y la perfidia de uno pugnando por imponerse a la desleald y la perfidia del otro. Parece que al final ganará Zapatero, pero en el alma y en la cabeza de Pájaro bobo se ahonda la idea de que al frente de los asuntos de la nación tenemos a un delincuente que, para conservar el poder, está dispuesto a realizar las maniobras más indignas.
Pájaro bobo entiende que la financiación de las Comunidades Autónomas debe tratarse de manera conjunta y abierta, sin dar pie a esas maniobras de intriga y oportunismo de que tanto gustan ciertos políticos periféricos, aunque, a decir verdad, al Zapatero que todos conocemos también le tira cantidad el trapicheo marrullero. Se diría que lo busca para sentirse a gusto. Se diría incluso que ese es su elemento y su alimento.
Pájaro bobo se lo imagina diciendo para su capote: « El Montilla ya se ha tragado el anzuelo. No lo sabe, pero se lo ha tragado. Ya verá mañana, cuando despierte y se encuentre con la plasta. Claro, claro, me maldecirá, pero eso es lo que él quería hacer conmigo. Y aún le reservo otra. Tiene que desaparecer de la Generalidad y del PSC. Él no lo sabe, pero el muy canalla lo barrunta».
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se imaginan los españoles a este Zapatero negociando diecisiete presupuestos autonómicos con diecisiete Montillas diecisiete veces seguidas?
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