UPyD: de la transversalidad al proyecto nacional
Podemos pensar que, por encima de todo, UPyD tiene un proyecto constitucionalista y nacional. Pero como la realidad empieza aquí y ahora, parece necesario admitir, como punto de partida, que UPyD es una formación (¿partido o contrapartido?) social e ideológicamente transversal.
Y, como sus aportes humanos provienen, casi por igual, de la izquierda (PSOE) y la derecha (PP), así como de Ciudadanos y la abstención, ahí podemos ver una prueba fehaciente de su doble transversalidad.
Por su cuenta y riesgo, Pájaro bobo se atreve a ver en ese fenómeno una superación tanto del esquema bipolar de las ideologías históricas como de la artificiosa parcelación de España, parcelación que ha terminado por imponer un modelo territorial desintegrador y, en consecuencia, política y económicamente irracional. Y, por encima de todo, fraudulento e inmoral en cuanto que consiste en imponer algo a sabiendas —sí, a sabiendas— de que es manifiestamente nocivo y perjudicial para aquellos a los que se les impone.
Miserables, miserables.
Frente a ese modelo territorial insolidario y frente a ese proceso político desintegrador protagonizado por diecisiete naciúnculas a modo de irresponsables marionetas, UPyD propone un modelo integrador y unitario al servicio de la racionalidad política y económica y, en definitiva, al servicio de los españoles como ciudadanos libres y democráticos por decisión individual y suma de decisiones individuales.
Pájaro bobo se atreve a declarar que, en el ámbito de las relaciones humanas, lo económicamente irracional es definitivamente irrracional. La economicidad es una condición imprescindible de todo sistema racional. Y se entiende por economicidad la obtención de la máxima eficiencia posible con el mínimo consumo posible. Fraudes aparte.
Cuando alguien quiere convencernos de que la desunión o la desintegración responde a la voluntad de los españoles y sus intereses, estamos obligados no sólo a pensar que ese alguien obra de mala fe sino también y por encima de todo a tratar de impedir por todos los medios a nuestro alcance que consiga su propósito.
Democracia, racionalidad económica, racionalidad política.
Se dice que en las próximas elecciones al Parlamento europeo, UPyD puede obtener un millón de votos. Si así fuera, pronto podría pasar a ser la tercera fuerza política de España.
En opinión de Pájaro bobo, ese es el objetivo a conseguir y esa es la línea a seguir. Lo otro —la transversalidad con sus derivados— es, en este caso, una teoría con pretensiones de explicación. Primero se cuentan los votos; después, si se quiere, se hace su distribución por tribus o familias ideológicas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuándo tendrá UyD representación en todas las provincias españolas de modo que se salte a la torera el monstruoso corralón formado por todos los corralitos autonómicos y pueda decir que es realmente una formación nacional con un proyecto nacional?