La Generala en la picota
El bolchevique Montilla la envió a los Madriles, capital del país vecino y opresor, para que hiciera compañía al bachiller Corbacho, perteneciente al gremio de los menesterosos intelectuales. Ella, de soltera Carmen Chacón y conocida en este minifundio virtual como la Generala, dio el sí y dijo que se aplicaría. Como la misión era difícil y arriesgada, la moza comprendió enseguida que lo más pertinente era hacerse la tonta, no la loca, y no mencionar nunca a los mozos de escuadra. Por vivas a España no iba a quedar.
Una cosa es la colaboración y otra la complicidad. Corbacho, el pobre Corbacho, no sabe nada de eso, ni lo sabrá nunca. Él está donde está como tonto útil. Después vendrá el que tiene que venir. Mientras tanto, una cuña es una cuña. Lo importante es no dejar mal sabor de boca. Ni sospechas, Seguir el ejemplo del Jordi Gonzàlez y el Malafuente. Y el Florenci Rei, ese que habla del tiempo en la península. Y tantos y tantos emisarios, agentes y quintacolumnistas como hay en los Madriles .
Aunque es obligado pensar que en Kosovo la Chacón obedecía órdenes, Zapatero, trapisondista sin escrúpulos, no ha dudado ni un instante en sacrificarla. Estaba en juego su rehabilitación política en el extranjero y, con ella, sus relaciones con Estados Unidos. En una situación así, el susodicho estaría dispuesto a sacrificar a su mismísimo padre.
Si hasta ayer se hablaba elogiosamente de la catalana de adopción y nacionalidad, ahora le llueven palabras de condena y descalificación. En ellas se la presenta como inepta e irresponsable y se habla incluso de su dimisión (léase destitución). Semejante tratamiento es tanto más llamativo cuanto que hasta hace pocos días, incluso pocas horas, la susodicha aparecía a menudo en los papeles como la posible y acaso probable sustituta/sucesora de Zapatero. La baza catalana del Sanedrín pujoliano para hacerse con el control de la Moncloa.
Veremos en qué queda el vendaval. En primer lugar, Zapatero debe recuperar su posición en las relaciones con Estados Unidos y, concretamente, con Obama. Después, ya veremos lo que dicen los militares, que, en opinión de Pájaro bobo, tienen la última palabra en estos asuntos. En cualquier caso, debemos pensar que la pobre mujer habrá salido escaldada. El soponcio ya no se lo quita nadie. A lo mejor pide la excedencia. Un año, por maternidad.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué destino espera a la Chacón en el exranjero y en esa parte del extanjero llamada España?