Autonomías: derroche y apalancamiento
Alberto Núñez Feijóo, presidente in pectore de la Junta de Galicia, ha dicho que «la situación financiera de la Junta es una incógnita». Con un poco de sana malicia podemos sustituir el término «incógnita», siempre equívoco, por el de «agujero negro», siempre unívoco.
En cualquier caso habrá que prepararse para aceptar, engullir y digerir la plasta que, un día u otro, el dirigente del PP va a poner sobre la mesa autonómica galaica.
Es posible que la medida lleve a Patxi López, en el supuesto de que efectivamente sea nombrado lindakara de Euskadi por su cara bonita, a hacer lo mismo o casi lo mismo en la naciúncula vasca, conocida en este minifundio virtual como la Nistria del Nervión. Entonces, tal vez nos enteremos de algunas de las ayudas que reciben los gudaris de Eta y toda su banda, ya sea en dinero o en especie.
Más difícil y más lejano queda la posibilidad de levantar la plasta-ciénaga de la Generalidad de la mitad de los catalanes con su proyecto independentista financiado con dinero de los españoles. Toda la estructura de un Estado soberano con sus ministerios y sus ministros, con sus delegaciones y sus delgados, con sus embajadas y sus embajadores, con sus propios cuerpos de seguridad y nuestra ministra de indefensa.
Habrá que esperar a ver si el Tribunal Constitucional da el visto bueno o el visto malo al Estatuto de Cataluña. Mientras tanto,
pregunta ingenua e intempestiva: ¿saben Zapatero y Rajoy en qué consiste el apalancamiento como base de la financiación de un proyecto independentista?
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