Lealtad y libertad
En los proyectos colectivos en los que el Insomne ha participado a lo largo de su vida ha procurado mantener siempre una actitud que conjugara la lealtad y la libertad. Lealtad con el núcleo óntico y semántico del ideario o la ideología y, a partir de ahí, libertad para pensar y actuar en asuntos concretos y en situaciones concretas.
Lealtad, sí; vasallaje, no.
En esos proyectos ha buscado siempre una parcela en la que, por estar relacionada con su experiencia profesional, pudiera desarrollar una actividad constructiva, siempre orientada al fin perseguido o, si se prefiere, al bien general.
A pesar de eso o precisamente por eso, tan pronto como ha advertido un desequilibrio que consideraba ilícito o ingobernable entre lo que de una manera u otra se predicaba y lo que se mostraba a la vista, ha abandonado el proyecto y ha continuado la busca/lucha por su cuenta, sin otras limitaciones que el respeto debido a las ideas, a las personas y a las instituciones.
Aun así, como le consta que incluso las realidades sociales asentadas sobre falsedades son realidades sociales, ha aprendido a soportar que le den lecciones de democracia, no solicitadas, personas que, en su opinión, a duras penas saben en qué consiste la democracia.
En definitiva, lo que realmente cuenta es el proyecto nacional, y eso, quiere creer, pertenece ya a otro plano.