El Cardenal Arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, y el Abad de Montserrat, Josep Maria Soler, fariseos y sepulcros blanqueados
Después de décadas al servicio del catalanismo político como correas de transmisión de sus consignas y como miembros activos del Sanedrín o Consejo Nacional de Cataluña, estos dos fariseos y pastores asalariados han conseguido su propósito: hacer callar a Federico Jiménez Losantos.
Miserables, miserables.
Para ello han tenido que poner a contribución sus peores armas y llevar su intriga hasta el mismísimo Vaticano. Su actuación es tanto más repudiable en términos éticos y religiosos cuanto que se inscribe en un proyecto político que tiene por objeto eliminar el idioma español de las iglesias de Cataluña y, por lo tanto, dejar sin servicios religiosos en lengua materna a más de la mitad de su población, unos cuatro millones de personas.
Desde esta página, el Insomne, en su condición de católico, pide (¿exige?) que el Vaticano, situándose por encima de intereses espurios, investigue el comportamiento de estos dos clérigos y de todo el clero catalán en relación con los partidos políticos y su colaboración en actividades no sólo ajenas al mensaje evangélico sino incluso contrarias a los derechos naturales de las personas.
Pregunta a los cuatro vientos: ¿desoirá el Vaticano esta llamada y dejará a más de cuatro millones de ovejas en manos de pastores asalariados y desleales?