Artículos del día 20 de abril de 2009

La nave de los Ciudadanos

El partido de los Ciudadanos  (C’s) recogió el mensaje  del PP de Vidal-Quadras y de la corriente más  española del PSOE-PSC,  junto con el  ideario  de  entidades  culturales como  la Cervantina, Cadeca,  Profesores por el bilingüismo, etc.  La presentación pública de la nueva formación tuvo lugar en una serie de actos hábilmente escenificados como  happening político-intelectual  de altos vuelos y corrió a cargo del elenco de catorce intelectuales integrantes de la llamada izquierda de armiño.

Corría el año  2006,  y el Insomne, encriptado entonces como  Pájaro bobo,  escribió a vuela pluma  en su diario: «Los sirgadores de Sant Gervasi arrastraron la  nave de los Ciudadanos desde la parte alta y más noble  de la ciudad de los Condes hasta  la  Barceloneta, puerto del mar de la Sargantana, donde esta mañana tuvo lugar la batadura. Ellos permanecieron en tierra para celebrarlo y despedir a la triupulación».

A partir de ese momento, la nave de los Ciudadanos estuvo al mando de Francesc de Carreras, miembro del Sanedrín o Consejo Asesor de Cataluña, que, catalejo en mano,  desde  su despacho  dirigió  cada una de las  singladuras y supervisó los trajines —asambleas y motines—  de  la tropa a través de un grumete de su entera confianza llamado Albert Rivera.

Hasta que llegó el día y sonó la hora del desguace. Entonces, la nave de los Ciudadanos abandonó el mar de la Sargantana y fue instalada en el dique seco de la Barceloneta. Aquí,  calafates  a sueldo llevan meses  despanzurrándola y  descalafateándola  como sólo ellos saben hacerlo. Sí, estos calafates de ribera nunca se han dedicado  a calafatear el casco de la nave de los Ciudadanos sino a barrenarlo y a abrir vías de agua en él.

Pregunta a los cuatro vientos: ¿recogerá  UPyD a los náufragos y supervivientes del partido de los Ciudadanos o correrá la misma suerte que éste a manos de los mismos falsos calafates?

Afortunadamente,  la cabeza de UPyD está lejos de estas aguas y, por lo tanto, fuera del alcance del Sanedrín y sus calafates.