La nave de los Ciudadanos
El partido de los Ciudadanos (C’s) recogió el mensaje del PP de Vidal-Quadras y de la corriente más española del PSOE-PSC, junto con el ideario de entidades culturales como la Cervantina, Cadeca, Profesores por el bilingüismo, etc. La presentación pública de la nueva formación tuvo lugar en una serie de actos hábilmente escenificados como happening político-intelectual de altos vuelos y corrió a cargo del elenco de catorce intelectuales integrantes de la llamada izquierda de armiño.
Corría el año 2006, y el Insomne, encriptado entonces como Pájaro bobo, escribió a vuela pluma en su diario: «Los sirgadores de Sant Gervasi arrastraron la nave de los Ciudadanos desde la parte alta y más noble de la ciudad de los Condes hasta la Barceloneta, puerto del mar de la Sargantana, donde esta mañana tuvo lugar la batadura. Ellos permanecieron en tierra para celebrarlo y despedir a la triupulación».
A partir de ese momento, la nave de los Ciudadanos estuvo al mando de Francesc de Carreras, miembro del Sanedrín o Consejo Asesor de Cataluña, que, catalejo en mano, desde su despacho dirigió cada una de las singladuras y supervisó los trajines —asambleas y motines— de la tropa a través de un grumete de su entera confianza llamado Albert Rivera.
Hasta que llegó el día y sonó la hora del desguace. Entonces, la nave de los Ciudadanos abandonó el mar de la Sargantana y fue instalada en el dique seco de la Barceloneta. Aquí, calafates a sueldo llevan meses despanzurrándola y descalafateándola como sólo ellos saben hacerlo. Sí, estos calafates de ribera nunca se han dedicado a calafatear el casco de la nave de los Ciudadanos sino a barrenarlo y a abrir vías de agua en él.
Pregunta a los cuatro vientos: ¿recogerá UPyD a los náufragos y supervivientes del partido de los Ciudadanos o correrá la misma suerte que éste a manos de los mismos falsos calafates?
Afortunadamente, la cabeza de UPyD está lejos de estas aguas y, por lo tanto, fuera del alcance del Sanedrín y sus calafates.