El Insomne entiende que el actual totalitarismo catalán es de cuño israelí, no fascista. Los regímenes fascistas y de inspiración fascista priman ostensible y ostentosamente los procedimientos militares y militaristas, basados por definición en la fuerza física y en la ostentación de esa fuerza. En realidad, todo eso es no sólo ajeno sino incluso contrario, esencialmente contrario al tarannà catalán.
La burguesía catalana es patológicamente antimilitarista.
De hecho, el actual régimen político catalán, definido, según se quiera, como totalitario o dictatorial, se basa en un control de la colectividad y del ciudadano inspirado en el modelo israelí. Perfidia y sigilo. Mucha perfidia y mucho sigilo, pero sin ostentación. Aquí no hay desfiles militares ni juventudes militarizadas. Por ahora.
¿Tendremos que esperar al triunfo definitivo del totalitarismo catalán para asistir a esas exhibiciones de fuerza?
No lo sé, lo que sé es que, de momento, estamos en el reino de la perfidia; sus armas son la conjura y la intriga. Eso es algo que Guardans debería saber, aunque sólo fuera para guardarse de sus compatriotas.
Pregunta a los cuatro vientos: ¿qué lengua es esa en la que nunca, prácticamente nunca, se pronuncian palabras como cobarde, cobardía, traidor, traición, colaboracionismo, colaboracionista, cuando sin ellas sería imposible escribir la historia del pueblo que la habla?
Artículo sobre
sociedad, sociología escrito por el 26 de abril de 2009 y
sin comentarios de momento.