Europa: epure si muove
Las elecciones de ayer, día 7, al Parlamento europeo nos han venido a recordar, por si fuera necesario, que Europa sigue viva, tal vez no tanto como en otras épocas, pero, al fin y al cabo, viva.
Y, como en los tiempos de Marx, un fantasma, Gespenst!, recorre sus campos, sólo que ahora es el fantasma de la derecha. La derecha, se dice estos días, ha arrasado a lo largo y a lo ancho del Viejo Continente.
En España, Zapatero empezó por fidelizar cautelarmente a los parados de Andalucia y Extremadura para asegurarse su voto a perpetuidad y convertir lo que de suyo fue siempre un lastre en un factor positivo: el voto cautivo, eternamente cautivo, del parado de larga duración.
Eso no es socialismo, eso es perpetuación de la explotación y la dependencia. El socialismo es lucha por la vida, el socialismo es defensa a ultranza del puesto de trabajo. La sopa boba es una trampa como todo subsidio o toda ayuda que da lugar a un modus videndi degradado y degradante.
Pero el caso es que Zapatero, vencido ahora por la última corriente europea y el espíritu del momento, ha perdido estas elecciones, anticipo acaso de las que vienen. Primer aviso.
La añagaza de la fidelización no le ha servido; al menos, no le servido para salvarse; todo lo más, para aminorar el batacazo.
El Insomne considera que debería aprender la lección y optar por políticas activas de creación de empleo, empleo real, productivo; no juego de cifras, baile de números, tocomocho contable de quita y pon.
Es sabido que cuando un delincuente descubre un filón no hay modo de hacerle trabajar como no sea en lo suyo, pues para él lo suyo siempre será trabajar.
No es fácil que Zapatero cambie y opte por pedir a los españoles, incluidos los trabajadores, sangre, sudor y lágrimas para combatir la crisis. Eso no es socialista, eso es explotación. Y, lo que es peor, con eso no se ganan elecciones.
Zapatero ha perdido las elecciones, la derecha las ha ganado
Europea sigue viva, epure si muove.
Nuestro seudosocialista, seudosocialdemócrta debería aprender la vieja lección: corruptio optimi, pessima. La corrupción siempre es mala, pero la peor corrupcón es la de los mejores.
Y los mejores deberían ser los que, de acuerdo con sus principios ideológicos, están llamados a cambiar la sociedad a mejor.
En lugar de eso, parece como si, empezando por Zapatero, esos seudosocialistas estuvieran empeñados en enseñarnos a hacer trampas.
Pregunta a los cuatro vientos: ¿y si ahora Zapatero confesara que no tiene manera de salir de la crisis y que se va para siempre?