Miguel Durán, vidente y ciudadano

Tan pronto como se endosó el terno de ciudadano,  Miguel Durán, vidente de la ONCE, se miró en el espejo como para disimular y dar el pego, pero en seguida,  respondiendo a una indicación de su nuevo amo, el grumete Rivera, se volvió, puso los ojos en blanco y  gritó a una sombra  que se disponía a entrar en el Parlament de la mitad menos uno de los catalanes:

«¡Tránsfuga!».

El vidente, ahora en tareas de cancerbero,  estaba seguro de que  sombra y  allure correspondían a José Domingo,  representante parlamentario  del colectivo charnego de Cataluña y  como tal  adscrito  al Partido de los Ciudadanos.

Como si lo viera.

Pero el interpelado  no  se  dejó  engañar y siguió adelante.  Quería hablar  con el tesorero-contable de la poderosa y prestigiosa  institución para saber si seguía en  nómina,  convencido de que sus  enemigos y detractores  habían urdido una añagaza   para usurparle cargo y peculio.

El plan  del grumete Rivera, respaldado por su Ejecutiva como guardia de Corps, era una indecencia (en la  jerga democrática,  una obscenidad)  y, como tal, más propio de un  discípulo de Berlusconi o de Pujol que de un muchacho  mentalmente sano que frisa en los  treinta.

A los ojos del Insomne,  el Partido de los Ciudadanos es hoy, tras su desnaturalización, una estafa y como tal debería ser tratado por sus seguidores naturales, el colectivo de lengua española de Cataluña.

Las urnas nos lo dirán.

En cambio, el Insomne considera que, diferencias personales aparte, José Domingo se ha hecho acreedor al respeto y el agradecimiento de cuantos han decidido seguir siendo españoles en estas tierras. Sus veinticinco años de lucha en entidades ciudadanas, en la variante  autóctona de la kale borroka y en las instituciones falsamente democráticas de Cataluña lo demuestran y avalan con creces.

Frente a él, el grumete Rivera aparece a los ojos de este observador nunca imparcial, casi siempre leal, como un delincuente político por su ambición y por los medios que viene utilizando, mientras que el tal Durán se muestra  dispuesto a añadir un eslabón más a su curriculum como practicante-beneficiario de  actividades   que, por su naturaleza especulativa,  constituyen   una  de las vergüenzas del capitalismo.

Pregunta a los cuatro vientos: ¿por qué lo que empezó como movimiento popular y democrático ha pasado a ser coto de especuladores?

Añadir comentario

Puedes usar los tags html <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong> . El nombre y el email son campos requeridos, el email no se publicará, solo es para controlar.