El Tribunal Constitucional a merced de los separatistas catalanes
Joan Puigcercós, presidente de ERC, ha confesado que el tripartito lleva meses (¿incluso años?) presionando a Zapatero para que éste, en su condición de jefe del Gobierno español, presione a su vez al Tribunal Constitucional y consiga que la sentencia de dicha instancia sobre el Estatuto de Cataluña responda a las exigencias de lo separatistas catalanes.
Lo que está en juego no es un estatuto de autonomía sino una Constitución, la primera Constitución de Cataluña como Estado soberano.
En circunstancias mínimamente normales, el hecho, por lo que tiene de transgresión de las normas que presiden el funcionamiento del Estado de derecho y la actuación justa e independiente de sus tres poderes fundamentales, debería haber provocado al momento una intervención tajante del máximo organismo jurídico de la nación con las consiguientes investigaciones y condenas.
No ha ocurrido nada. En opinión del Insomne, eso significa que la Constitución española ha dejado de estar vigente, habida cuenta que su transgresión flagrante no da lugar a la intervención inmediata del poder judicial.
Los separatistas catalanes mandan en su parcela y en el conjunto de España. Eso es la soberanía compartida según Pasqual Maragall, el hombre que erigió la traición en criterio ético.
Pregunta a los cuatro vientos: según la historia, ¿qué ha hecho el pueblo español cuando se ha visto traicionado y abandonado por sus gobernantes?