Carme Chacón, al servicio del PSC
Días pasados, Carme Chacón, tras visitar a las tropas españolas estacionadas en Cerdeña y manifestar que España seguirá en Libia por tiempo indefinido, se trasladó a Cataluña para cumplir el encargo que le había hecho su jefe y mandatario Jaume Roures a través de Miguel Barroso, eterno subalterno y eterno cómplice en la sombra.
Se trataba de explicar al compañero Rubalcaba que el PSOE de Cataluña, o, más exactamente, los votantes del PSOE en Cataluña debían someterse y permanecer sometidos, a todos los efectos, al PSC, ala pseudoizquierdosa del Partido Único de Cataluña dirigido personalmente por Jordi Pujol a través de CIU, su ala derecha.
Todos los miembros del Partido Único de Cataluña son colegas y parientes. No llegan a cuatrocientas familias, cuatrocientas familias burguesas. A ellas pertenece Cataluña con todas sus instituciones económicas y políticas, y, por descontado, con sus instancias de decisión y representación.
Aquí, la democracia, pura añagaza y paripé, se compra y se vende en participaciones (shares) como cualquier otra commodity con valor de uso o valor de cambio.
Rubalcaba, que comparte con Zapatero el sueño (malson!) de devolver España a la segunda República a través de la ley de la Memoria histórica (y las que vengan), aprobó inmediatamente la idea y aseguró a la agente del heteromarxista Jaume Roures que podía/debía contar con su apoyo incondicional y siempre desleal.
Y, además, que a Zapatero le encantaría la idea.
En la práctica, eso significa que, a partir de ahora, el proyecto, nominalmente liderado por Zapatero, de entroncar/reentroncar la transición democrática con la segunda República será apoyado y dirigido abiertamente por los separatistas catalanes que, como es sabido, quieren para España una régimen republicano y un Estado federal como paso previo para alcanzar su gran meta estratégica: la destrucción de España y la construcción de la nación catalana.
De momento, ahí está Carme Chacón haciendo de mensajera y cuidando de que los muchachos de Convergencia sigan organizando tranquilamente sus referendums hasta que llegue la hora de la gran performance: la declaración unilateral de la independencia de Cataluña.
Según sus previsiones y predicciones será visto y no visto.