Ahorradores y brokers
De acuerdo con el modelo tradicional, un ahorrador es básicamente alguien que va depositando durante años y, dentro de sus posibilidades, con cierta regularidad pequeñas cantidades en una libreta para después hacer frente a los más que probables apremios de la vida, incluida la vejez, con el dinero acumulado.
Por su parte, un broker es esencialmente alguien que opera con dinero o, dicho crudamente, especula con él; un dinero más ajeno que propio, siempre intangible, casi irreal, pero aquí y ahora, utilizado a la vez como valor de uso y valor de cambio.
El broker compra y vende dinero con dinero. El negocio está en la sisa, que por regla general es infinitamente más que la merma.
A mi modo de ver, uno de los má graves «errores» humanos de las entidades financieras en los últimos tiempos ha consistido en tratar de convertir dolosamente a un sinnúmero de modestos ahorradores en brokers, cuando les constaba que éstos ni lo querían ni lo habían solicitado ni tenían suficientes conocimientos para ello.
Es evidente que la especulación financiera no responde ni a la mentalidad del pequeño ahorrador ni al tradicional espíritu social de las entidades de ahorro. (Nombre inicial de casi todas ellas: Caja de Ahorro y Monte de Piedad.)