Oda a España
Aunque no está terminada, doy por hecho que mi oda a España empezará así:
En este aciago avatar de tu historia,
herida por hijos tuyos con alma de hiena,
siento un hervor de sangre en las venas
que me quita la razón y devuelve la memoria.
Siempre supe de su carácter felón,
siempre supe de su perfidia infinita,
siempre supe de sus querencias cainitas,
siempre supe que tramaban la traición.
Siempre supe que, tras prender fuego a España,
buscarían refugio allende una frontera
que sólo existe como patética quimera
de gentes sin pasado, sin glorias y sin hazañas.
Artículo sobre actualidad escrito por el 10 de septiembre de 2013 y sin comentarios de momento.
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