Artículos del día 15 de octubre de 2013

¿Fatalidad?

Puede decirse que la voz de alarma lanzada por Aznar –¡España sangra por sus costados!– domina estos días  las portadas de los periódicos de aquende y allende el Ebro. Entre los ciudadanos, unos se pronuncian abiertamente a favor de una intervención pronta y enérgica del Gobierno de la Nación y otros en contra, mientras que la inmensa mayoría calla y espera acontecimientos.  Lo de  siempre. Pero, a  diferencia de lo que ocurría en la España de 1936, en la España de 2013 todos nos conocemos y cada vez son más los que están pendientes de la jugada.

Ciertamente, los separatistas, en especial los catalanes, han aprendido mucho desde entonces. Y han tomado medidas preventivas. Lo suyo tiene demérito, mucho demérito. Han preparado su jugada con tiempo y perfidia. Décadas de trabajo en la oscuridad, vías de penetración, convoyes de aprovisionamiento, trenes de choque. En el ámbito de la intriga y la conjura no es fácil vencer y superar a un homenot  como Jordi Pujol, capaz de hacerse proclamar «español del año» para granjearse  la confianza de los madrileños de Abc y, a partir de ahí, ganar tiempo y seguir adelante con la trama, la intriga y la conjura; tejer aquí, destejer allí.

La eterna política de la puta i la Ramoneta!

Aunque espero y deseo que no les salga bien la jugada, hace tiempo que tengo  demonios en el cuerpo; el demonio de la rabia, el demonio de la ira, el demonio del rencor. Imagino que eso no es bueno para alguien que está a punto de cumplir 80 años. A esa edad, parece que lo más conveniente  es prepararse a morir. Pero, ¿acaso puede pensar alguien en la muerte propia cuando se considera un patriota y ve y siente que su patria está a punto de saltar por los aires víctima de una conjura que  él  ha visto nacer y crecer, de traición en traición, durante décadas?

¿Es que estoy condenado fatalmente a ser un traidor?